Las dificultades de los bomberos cuando atienden emergencias
El Cuerpo de Bomberos pide apoyo a la ciudadanía para responder efectivamente a las emergencias
Atender una emergencia para los bomberos en la ciudad capital es toda una odisea. Ni el destello de las luces giratorias de los enormes carros de extinción, ni mucho menos el sonido ensordecedor de la sirena, le roban la atención de los conductores.
"Ha pasado que tenemos que decirle a los compañeros que se bajen para guiarnos porque los carros no se quieren apartar", comentó Hermenegildo Núñez. "A la hora de atender una emergencia, la gente solo dice que llegamos tarde, pero no sabe las peripecias que uno tiene que hacer en el timón".
Hay otros lugares que para los bomberos es casi imposible entrar de llegarse a registrar un siniestro.
El subdirector del Cuerpo de Bomberos de Panamá, Gabriel Isaza, contó que en un recorrido, con la Policía de Turismo, la Policía de Tránsito y el Servicio de Protección Institucional (SPI), se encontraron una veintena de carros estacionados en la línea amarilla y cerca de hidrantes.
"Hay áreas donde hay casas donde no hay forma de pasar el carro", expresó Isaza.
Para tratar de entender un poco más la realidad de los bomberos, TVN Noticias visitó el Cuartel Central Ricardo Arango, donde se pudo observar la condición de los uniformes.
El vestuario de los bomberos es complejo. Cada uniforme completo tiene un costo aproximado de 10,980 dólares. "Éramos la cenicienta, pero este año sí nos dieron un presupuesto consonó al Cuerpo de Bomberos de 70 millones de dólares", apuntó Isaza.
Una de las áreas más importantes donde se inicia toda la labor de atención humanitaria es en el Centro de Recepción de Llamadas. Muchas de ellas son falsas, responder a ellas termina traduciéndose en pérdidas económicas.
Muchos bomberos han acumulado experiencias imborrables, como es el caso del teniente Eloy Córdoba, quien recibió una descarga eléctrica de 15 mil voltios al momento de realizar la extinción de un incendio.
"Yo tuve quemaduras de primero, segundo y tercer grado. Tuve cuarenta y ocho días hospitalizado, seis veces en el salón de operaciones", explica el teniente Córdoba a TVN Noticias. "Es un trabajo que uno le tiene que tener amor para enfrentarse a la realidad que nosotros vivimos como bomberos".
Los bomberos solo piden a la población más apoyo. Cederles el paso en la vía es vital para su trabajo. Un segundo perdido puede ser fatal. Para ellos, vale la pena jugarse la vida para salvar la de otros.