Reversión del Canal: Los resultados de la ampliación y los retos de los próximos lustros

Ciudad de Panamá, Panamá/La ampliación del Canal de Panamá, concretada en junio de 2016 con la inauguración de las nuevas esclusas de Agua Clara y Cocolí, marcó un antes y un después en la historia de esta vía interoceánica. Considerada una de las obras de ingeniería más importantes del siglo XXI, esta expansión permitió al Canal consolidar su posición como uno de los principales ejes del comercio marítimo mundial.

Esta ampliación consistió en la construcción de un tercer juego de esclusas, un nuevo cauce de navegación y el ensanche y profundización de los cauces existentes.

El ambicioso proyecto, que tuvo un costo de más de 5,000 millones de dólares, buscaba satisfacer la creciente demanda del comercio marítimo global, especialmente con la aparición de buques portacontenedores de mayores dimensiones conocidos como neopanamax.

Debido a esta inteligente decisión, ahora por el Canal de Panamá transita cerca del 3% del comercio marítimo global, y se ha consolidado como un conector de unas 180 rutas, en 170 países a través de 1,920 puertos a nivel mundial.

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Las esclusas de Agua Clara, en la entrada atlántica, y las de Cocolí, en el Pacífico, fueron diseñadas con tecnología de punta y cuentan con tinas de reutilización de agua, que ahorran hasta un 60% del recurso hídrico en cada tránsito. Cada esclusa mide 427 metros de largo, 55 metros de ancho y 18.3 metros de profundidad, lo que permite el paso de embarcaciones que transportan hasta 14,000 TEU (unidades equivalentes a contenedores de 20 pies), triplicando la capacidad del canal original.

En 2023, el canal acumuló un total de 14,080 tránsitos , lo que resultó en la entrega de 2,545 millones al Tesoro Nacional y el aporte directo al PIB en un 3.1%, generando ganancias totales por 4,968 millones de dólares y una derrama económica local de más de $3,000 millones. Mientras que en 2024, debido a la disminución en los tránsitos provocada por la sequía prolongada que el país sufrió, el canal entregó aportes al Estado por el de 2,470.7 millones de dólares. Antes de la ampliación, el Canal de Panamá permitía el paso promedio de 12,000 buques al año, estos bajo la denominación de panamax.

Impacto en la competitividad global

La expansión del Canal de Panamá no solo modernizó la infraestructura de la vía, sino que también fortaleció su relevancia en el comercio global, y a la fecha, se ha logrado que unos 33 buques transiten por la vía diariamente. Gracias a las nuevas esclusas, el canal pudo captar una parte importante del mercado de los buques neopanamax que anteriormente no podían transitar por esta ruta y debían optar por rutas alternativas como el Canal de Suez o el Cabo de Hornos, trayectos mucho más largos.

Ahora, los mercados de Asia, América y Europa tienen una mejor conexión en el tiempo de transporte de diversas mercancías. La reducción de costos y tiempos de transporte se erige como el principal beneficio tanto para exportadores como para consumidores.

Asimismo, sectores como el transporte de gas natural licuado (GNL) han encontrado en el canal ampliado una ruta eficiente. Antes de 2016, ningún buque de GNL podía transitar por el Canal debido a restricciones de tamaño. Ahora, esta categoría representa uno de los mercados de mayor crecimiento para la vía, alineándose con la transición energética global, en donde más del 90 por ciento de la flota mundial de buques de GNL ahora puede transitar por esta vía. De igual forma, se ha registrado el aumento de buques graneleros, tanqueros, cruceros y portavehículos.

Desafíos de los próximos 25 años

No obstante, la ampliación también enfrenta desafíos. La disponibilidad de agua, vital para el funcionamiento de las esclusas, se ha convertido en una preocupación debido al cambio climático y la variabilidad en los patrones de lluvias. El Canal ha implementado estrategias como el uso eficiente del agua en las nuevas esclusas y planea iniciar la construcción de un nuevo reservorio para garantizar las operaciones a largo plazo.

Para el administrador del Canal, Ricaurte Vásquez, estos desafíos y retos suponen una gran incertidumbre, dado que son retos bastante grandes que deben ser enfrentados; sin embargo, enfatizó en que el Canal no tiene una competencia directa ni inmediata.

Al respecto, la subadministradora del Canal, Ilya Espino de Marotta, explicó a TVN-2.com algunas de las estrategias, planes y proyectos que tiene la institución para superar este camino.

Recalcó que, además del agua que se utiliza para las operaciones, el Canal también es la fuente para el 50% de la población, lo que pone una mayor presión sobre la optimización de este recurso.

Agregó que otro gran reto será "el tema de volvernos carbono neutral", indicando que ya se está empezando en ese camino hacia la "descarbonización, no solo las operaciones del canal, sino de los clientes".

Además, el canal también tiene muy presente todo lo relacionado con el uso de las inteligencias artificiales integradas a las tareas que se realizan. Sobre esto, Espino de Marotta señaló que se tienen "que ir adaptando a los nuevos cambios que vienen a futuro para que el canal se mantenga siempre vigente a la vanguardia y viendo hacia adelante".

La subadministradora explicó además que, para mantener esa competitividad global, se están trabajando en algunas mejoras para poder captar buques más grandes en las empresas que tenemos, al mismo tiempo que se analizan proyectos "que sean compatibles con el canal que no requieran agua, como corredores logísticos y el convertir a Panamá en un lugar de abastecimiento de combustibles verdes para un futuro".

Al momento de la publicación de esta nota, el canal no ha entregado el informe anual de 2024, razón por la cual no se menciona la cifra exacta de tránsitos registrados en este año.