Zoológico reabre tras muerte a pedradas del cocodrilo
El zoológico tunecino cerrado por la muerte a pedradas de un cocodrilo ha reabierto con más guardas y la advertencia de que no se lancen objetos a los animales. "¡Antes la gente se creía que estaba en un circo!", exclama el director.
El caso del cocodrilo remonta a principios de marzo. Las redes sociales y la prensa local se hicieron eco de la muerte de un reptil del zoo de Belvédère a pedradas de los visitantes.
No es la primera vez que este parque es blanco de las críticas. Los testimonios sobre el sufrimiento de los animales abundan. "Es terrible. No se puede usted imaginar lo que sufren los animales", declaró de aquella a la AFP Amor Ennaifer, veterinario del zoológico.
Ante el revuelo desatado, el ministro de Asuntos Locales, Riadh Mouakher, visitó el lugar y decretó su cierre para una renovación "urgente".
A lomos de rinocerontes
"Más que la muerte de este cocodrilo, lo que he visto, es el estado un poco deteriorado. Además, era más un área de juego que un zoológico, con una frecuentación muy elevada", explica Mouakher a la AFP.
Como anécdota cita "los vídeos en los que se ve a niños a lomos de rinocerontes. ¡Lo nunca visto!".
El ministro critica "la falta de disciplina" de algunos visitantes que lanzaban basura al fondo de los estanques y botellas a los recintos donde estaban los animales.
"La gente debió pensar que todo estaba permitido, que la libertad era eso", abunda el director del zoológico, Mahmud Latiri.
Pero aparte del comportamiento ha influido la falta de mantenimiento del lugar en un país donde los ayuntamientos están dirigidos por simples "delegaciones especiales" desde la caída de la dictadura en 2011.
Durante el mes de cierre por obras, los servicios municipales trabajaron sin tregua en las 12 hectáreas de este parque para renovarlo. Lo limpiaron, plantaron miles de arbustos y de flores, instalaron papeleras "cada cinco metros".
El ministro de Asuntos Locales y el director insisten sobre todo en la prohibición de las bolsas de plástico que "causaban estragos" entre los animales que las tragaban. Y se ha extremado la vigilancia, añaden.
'¡No es normal!'
"Tenemos un zoo mejor", aprecia el ministro. Respecto a los visitantes, desde la reapertura el fin de semana pasado, "se nota una mejora de comportamiento", estima el director.
En periodo de vacaciones escolares puede haber hasta 8.000 visitantes diarios, según Mahmud Latiri.
Frente a la jaula de los leones se oye un silbido. "¡Mouch normal!" ("¡No es normal!"), gruñe Taoufik Yaacoubi, un guarda.
"Algunos, cuando el león duerme, quieren echarle una piedra para despertarlo. Les decimos que paren", refunfuña.
Los visitantes agradecen los cambios.
"Está más limpio. Se nota que se ocupan del lugar. Ahora cuando pagas, sabes el porqué", afirma Riadh, acompañado de su mujer y de su hija.