El ultraconservador Viktor Orban, detractor de la UE, asume la presidencia del bloque
El mandatario, reelegido desde entonces tres veces por amplia mayoría, reivindica el ejercicio de una "democracia iliberal".
El ultraconservador primer ministro húngaro Viktor Orban asume el lunes la presidencia semestral de la Unión Europea, más aislado que nunca por su posición cercana a Rusia en la guerra de Ucrania y por sus ataques contra "la élite tecnócrata de Bruselas". El mandatario que más tiempo lleva en el poder en la UE --desde 2010-- endureció en los últimos tiempos su discurso contra los altos funcionarios del bloque de 27 países y aseguró "estrujarse las meninges para perjudicarlos".
Es una situación "grotesca", "como si un acusado en un juicio se encontrase de repente en el lugar del fiscal", subraya Paul Lendavi, autor de un libro sobre el dirigente húngaro. Pero "las dos partes siguen el juego a las instituciones y el partido [que juegan], afortunadamente, no es decisivo", por lo cual "no hay que sobrestimar la importancia" de esta presidencia, añade.
Así y todo, Budapest seguirá bloqueando expedientes claves "tratando de flexibilizar las restricciones" al Estado de derecho para recuperar los fondos húngaros, añade. Bruselas congeló miles de millones de euros de fondos destinados a Hungría por preocupaciones sobre la corrupción y los reiterados ataques a la democracia en este país de Europa central.
De liberal a "iliberal"
También hay palpables desacuerdos geopolíticos. Al contrario que sus socios, Viktor Orban, de 61 años, apoya al expresidente estadounidense Donald Trump, de quien copió el eslogan que usará los próximos seis meses: "Make Europe Great Again" (MEGA, o "Hagamos que Europa sea nuevamente grande", en inglés). Cercano al presidente chino, Xi Jinping, Orban mantiene igualmente lazos con Rusia y se niega a apoyar militarmente a Ucrania, que desde febrero de 2022 enfrenta una invasión rusa.
El mandatario húngaro, nacido en una familia modesta, se dio a conocer en 1989, con 26 años, cuando desafió al régimen comunista en Budapest con un emotivo discurso por la libertad, durante un homenaje a las víctimas del alzamiento de 1956 contra la hegemonía soviética. Un año antes había cofundado el partido Alianza de Jóvenes Demócratas (Fidesz), que encarnó las aspiraciones de Hungría a liberarse del totalitarismo y a adoptar los valores occidentales. Desde entonces inició un largo camino que lo llevó a la ultraderecha.
Actualmente, denuncia la "decadencia de Occidente" frente al "lobby LGTBI+" y la llegada de migrantes de África y de Oriente Medio, a quienes define a menudo como potenciales "terroristas". Orban se convirtió en primer ministro en 1998, a los 35 años, antes de ser derrotado por los socialistas en 2002 y en 2006. Cuando volvió al poder, en 2010, decidió consolidar su poder para no volver a sufrir la misma humillación.
"Alineamiento" con Rusia
"En los últimos 14 años, Orban se ha alineado con la ideología [del presidente ruso Vladimir] Putin sobre un Occidente en pleno caos" y de cercenamiento de los contrapoderes, declaró a la AFP Stefano Bottoni, historiador italohúngaro de la Universidad de Florencia. Hay que "entender su posición" sobre la ofensiva rusa en Ucrania a la luz de esta evolución, afirmó.
Hungría es miembro de la OTAN, lo cual no impide que Orban considere que no es Moscú, sino más bien la OTAN y la UE quienes han provocado una "conflagración mundial" en Ucrania. Una posición que irrita cada vez más a sus aliados. "No se da cuenta de hasta qué punto es tóxica", consideró el experto. "Para numerosos países, la guerra en Ucrania es la cuestión más importante del momento en la redefinición de Europa", abundó.
Incluso dentro de la extrema derecha, esto le lleva "a un punto muerto estratégico", apuntó Bottoni. Prometió "ocupar Bruselas" y ser "un creador de reyes" pero "al final, desciende a tercera división", subrayó.
Viktor Orban, un gran aficionado al fútbol, perdió apoyo de sus socios conservadores del Partido Popular Europeo (PPE), al que perteneció su partido Fidesz, que no logra encontrar nuevos aliados. Sin fuerza en el plano internacional, el mandatario húngaro se enfrenta en casa al surgimiento de un nuevo rival, el conservador Peter Magyar, un disidente salido de sus filas.
Orban tiene un solo objetivo: "Mantener con su círculo cercano de oligarcas el poder" en el país, según Andrea Peto, analista de la Universidad de Europa Central.