Ucrania: Poroshenko habría ganado elecciones
Una encuesta a boca de urna mostró el domingo que el multimillonario Petro Poroshenko ganó las elecciones presidenciales de Ucrania en la primera vuelta, comicios que las autoridades esperan que unifique una nación profundamente dividida.
En los centros de votación de Kiev había largas filas, pero rebeldes pro rusos armados en la región oriental del país intimidaron a los electores destrozando urnas, cerrando centros de votación y emitiendo amenazas.
Las elecciones del domingo se celebraron a pesar de semanas de combates en las regiones orientales que forman el corazón industrial de Ucrania, donde separatistas pro rusos han tomado edificios del gobierno y se han enfrentado a tropas del gobierno. Los rebeldes habían prometido bloquear los comicios en el oriente y menos de 20% de los centros de votación abrieron.
La encuesta a pie de urna, realizada por tres respetadas firmas ucranianas, concluyó que Poroshenko, de 48 años y magnate de la industria de los caramelos, recibió 55,9% de los votos.
En un distante segundo lugar iba la exprimera ministra Yulia Timoshenko con 12,9%, mostró la encuesta. Para el lunes se esperan los resultados completos de una elección que pudiera ser un paso crítico para solucionar la crisis del país.
La encuesta, que entrevistó a 17,000 electores en 400 centros de votación, alegó tener un margen de error de 2 puntos porcentuales, lo que indicaría que Poroshenko claramente superó la marca de 50% necesaria para ganar sin ir a segunda vuelta. La encuesta fue realizada por el Centro Razumkov, el Instituto Internacional de Sociología de Kiev y la Fundación de Iniciativas Democráticas.
Los comicios se celebraron después que el presidente pro ruso huyó en febrero, derrocado por meses de protestas sobre la corrupción y su decisión de rechazar un pacto con la Unión Europea y estrechar los lazos con Moscú. Hace dos meses que Rusia se anexó Crimea.
Pero la interrogante de quién pudo votar el domingo es clave para el proceso electoral. Unos 35,5 millones de ucranianos eran elegibles para votar, pero los separatistas en las regiones orientales del Donetsk y Lugansk —que tienen 5,1 millones de electores— dijeron que no votarían porque ya no son parte de Ucrania.
En las regiones orientales hubo poca participación. La administración regional del Donetsk informó que sólo 426 de 2.430 centros de votación abrieron el domingo, ninguno en la ciudad de Donetsk, que tiene 1 millón de habitantes. Tampoco se votó en la ciudad de Lugansk, pero algunos centros de votación funcionaban en la región del mismo nombre.
El domingo hubo enfrentamientos en Novodair, en la región de Lugansk, donde un reportero de The Associated Press escuchó fuerte intercambio de disparos. Las áreas al norte de esa localidad, 50 kilómetros (30 millas) al norte de la ciudad de Lugansk, tomada por los rebeldes, está bajo control de fuerzas progubernamentales.
Serguéi Melnichuk, jefe de un batallón del Ejército ucraniano destacado en Novoaidar, dijo que unos 50 rebeldes armados pro rusos atacaron un centro de votación para apoderarse de los votos emitidos. El militar dijo que lograron repeler el ataque y 13 de los rebeldes fueron capturados.
La agencia Interfax-Ucrania atribuyó al viceministro del Interior haber dicho que una persona perdió la vida y otra resultó lesionada en los combates.
Poroshenko lamento los enfrentamientos después de votar el domingo en Kiev, donde muchas personas vestían camisas bordadas como señal de nacionalismo ucraniano.
"Estoy convencido de que esta elección finalmente traerá la paz a Ucrania, detendrá la ilegalidad, el caos y el bandolerismo en el este", dijo Poroshenko. "Hay que sacar de las calles de Ucrania a las personas armadas".
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin prometió hace unos días "respetar la voluntad del pueblo ucraniano" y dijo que trabajaría con el ganador de las elecciones, en un aparente intento por aliviar la peor crisis de Rusia con Occidente desde la Guerra Fría y evitar nuevas sanciones.
Muchos electores agradecen el pragmatismo de Poroshenko y su aparente facilidad para lograr acuerdos, algo poco común en un ambiente político prácticamente dominado por figuras intransigentes. El empresario dulcero respalda con fuerza lazos estrechos con la Unión Europea, pero también reconoce la necesidad de normalizar las relaciones con Rusia.