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La tragedia de avión argelino deja a familias diezmadas

La tragedia de avión argelino deja a familias diezmadas
La tragedia de avión argelino deja a familias diezmadas
Afp
26 de julio 2014 - 06:30

Eric y Estelle Reynaud, una pareja de octogenarios franceses, murieron junto a ocho de sus familiares en el trágico accidente de Air Algérie en Malí, donde perdieron la vida un total de 118 personas entre trabajadores humanitarios, expatriados o turistas.

"Es una noticia brutal. Borró de la faz de la tierra a toda una familia. Es una tragedia", declara Patrice Dunand, alcalde de Gex, una ciudad al este de Francia donde residían Eric y Estelle.

Los familiares de los 118 fallecidos en el accidente de Malí también están destruidos. Entre las víctimas de 15 nacionalidades diferentes figuran 54 franceses y 23 burkineses, así como libaneses, alemanes, españoles o una chilena.

Jean-Marie Rauzier, un jubilado de 70 años, se encontraba en misión humanitaria desde el 23 de mayo en Koudougo, donde ayudaba a los jóvenes a prepararse para los exámenes, en el marco de un proyecto de la asociación francesa Camélia Burkina.

En la región de Nantes (oeste de Francia), unas flores a la puerta de su domicilio recordaban a la familia Ouedraogo, de origen burkinés.

A bordo del avión, "viajaban mi hermano, su mujer y sus cuatro hijos, así como un sobrino", explica Amadou Ouedraogo, quien vive también en la misma región. "Habían hecho un esfuerzo para que los hijos descubrieran sus raíces y mira...", añade.

"Era mi mejor amigo, mi hermano", dice con la voz entrecortada Jean-Jacques Dupré, un farmacéutico de Guéret (suroeste de Francia), sobre su asociado Bertrand Gineste, quien falleció en este accidente con su esposa, Véronique, y sus tres hijos.

Gineste, de 55 años, efectuó su servicio militar de 18 meses en Burkina Faso y era el tesorero de la asociación Guéret-Zitenga, nombre del departamento burkinés de 45.000 habitantes hermanado con Guéret.

Tres familias libanesas también quedaron diezmadas, cuando regresaban a su país para festejar la fiesta del Eid Al Fitr, que marca el final del Ramadán.

Monji Al Hasan perdió a su primo Radwan Jalil, a la esposa de este y a sus cuatro hijos. "Vivían en Burkina Faso, donde trabajaban como todos los líbaneses que huyen de las catástrofes del Líbano", explica Hasan.

La localidad de El Jarayeb, cerca de Tiro (sur de Líbano), parece continuar con su fatídico destino.

"Es la capital de los accidentes de avión", afirma Ibtistisam, hermana de Bilal Dehaini, quien falleció junto a su mujer alemana y a sus tres hijos.

En esta localidad, 14 habitantes perdieron la vida en el accidente de un Boeing 727 en diciembre de 2003 y cuatro más en un accidente de avión de Ethiopian Airlines en enero de 2010.

"Es una gran pérdida. Aún no nos lo creemos", se lamenta su hermana.

Por todas partes, sea cual sea el país, el dolor es el mismo.

Richard Julia, de 57, años, viajaba junto a su esposa, Paulina, de origen chileno, en el avión.

Este año, este propietario de un hotel restaurante en Uagadugú decidió dejar su propio avión en Marsella, para una revisión, y se embarcó en el de Air Algérie, dijo a la AFP un allegado a la familia.

"Estoy destrozado", dice Seydou Cissé, un malí residente en Roubaix (norte de Francia), después de conocer la desaparición de su amigo Bakary Diallo, de 35 años, futuro del cine malí.

"Su familia esta en Malí. En Roubaix, yo soy su familia", explica Cissé. "Dormíamos juntos, hacíamos todo juntos, siempre hemos hecho todo juntos (...) Vinimos aquí juntos", se lamenta.

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