Talibanes liberados listos para volver a combatir en Afganistán
El talibán Mohamad Daud, recién liberado tras nueve años de cárcel, está dispuesto a empuñar de nuevo las armas en Afganistán, a pesar del acuerdo firmado entre los talibanes y Estados Unidos.
"Si los estadounidenses no se retiran, seguiremos nuestra yihad, ya que han matado a muchos afganos durante sus operaciones", asegura a la AFP este hombre de 28 años con larga barba y con shalwar kameez - una ropa tradicional compuesta por una camisa larga y un pantalón ancho.
Daud, que fue detenido en la provincia de Faryab (norte) por militares estadounidenses, fue liberado el 26 de mayo por el gobierno afgano, en el marco de un intercambio de prisioneros del gobierno afgano con los talibanes.
Aunque todos han firmado un compromiso de que "nunca volverán al combate", varios de ellos, interrogados por la AFP, mantienen un discurso belicista.
"Seguiremos nuestra yihad mientras los (estadounidenses) no se se vayan completamente", dice Hafizullah Husainpoor, otro exprisionero.
El acuerdo estadounidense-talibán, firmado a finales de febrero en Doha, que prevé la retirada de las tropas extranjeras de Afganistán para mayo de 2021, fue considerado por los rebeldes como "una victoria" contra Estados Unidos.
El texto prevé también la liberación por Kabul de 5,000 talibanes, en torno a un tercio de los insurgentes detenidos, a cambio de 1,000 miembros de las fuerzas afganas en manos de los insurgentes.
El intercambio de prisioneros fue una condición de los talibanes para cualquier negociación de paz, lo que puso al gobierno afgano en un aprieto ya que estuvo excluido de las negociaciones entre estos y los estadounidenses y ni siquiera fue consultado al respecto.
Los talibanes liberados constituyen una "casta de combatientes y jefes potenciales" y una "potencial amenaza" para las autoridades afganas, dice Jonathan Schroden, experto en seguridad del CNA, un centro investigación estadounidense independiente.
Kamikazes, secuestradores, traficantes
Entre estos hay "fabricantes de chalecos explosivos, kamikazes, terroristas extranjeros, narcotalibanes, miembros de redes para facilitar grandes ataques y redes de secuestro", cuenta a la AFP un responsable de seguridad.
"Algunos, en cuanto fueron liberados, cometieron delitos", lamenta este alto responsable, que cita en particular un asesinato o la designación de uno de ellos para dirigir un comando talibán dos días después de su liberación.
Pese a sus temores, el gobierno afgano ya ha liberado a 3,000 prisioneros, frente a los 750 entregados por los talibanes.
El sábado, el número 2 de los talibanes, Sirajudin Haqani, anunció que su voluntad de negociar no significa que vayan a "descuidar su yihad ni el refuerzo y desarrollo de (sus) capacidades militares".
Los prisioneros liberados podrían ayudar a cumplir este objetivo, según un comandante insurgente basado en Pakistán.
"Es una yihad en curso, que seguirá mientras no lleguemos a un acuerdo con el gobierno de Kabul o no se anuncie un alto el fuego", dijo este responsable a la AFP.
Andrew Watkins, analista de la ONG International Crisis Group, es más optimista. En comparación con los 50,000-100,000 combatientes talibanes activos, los 5,000 exprisioneros "no serán una amenaza activa" ya que algunos, tras años de detención, "quizá deseen volver a una vida más tranquila", asegura.
"El inicio rápido de negociaciones interafganas" para las que todavía no hay fecha, "es la mejor forma de limitar esta amenaza", dice Watkins. "Estas discusiones tienen más probabilidades de llegar a un alto el fuego duradero que cualquier otra alternativa actual".