Nicolás Maduro y Edmundo González, los rivales en la polarizada elección venezolana

Elecciones en Venezuela

Edmundo González y Nicolás Maduro son las principales figuras para las elecciones venezolanas, donde participan 10 candidatos.

Nicolás Maduro y Edmundo González. / AFP
AFP
27 de julio 2024 - 18:18

Caracas, Venezuela/De un lado, el presidente Nicolás Maduro, que ha gobernado Venezuela con mano de hierro por más de una década y que busca mostrar una imagen de "presidente obrero".

Del otro, Edmundo González Urrutia, un diplomático de bajo perfil que sin buscarlo terminó convirtiéndose en el retador que representa a la oposición. Ambos son los principales aspirantes en las elecciones presidenciales del domingo en Venezuela.

El principal rival

Hasta hace poco, Edmundo González Urrutia conversaba de balcón a balcón con sus nietos, vecinos de un edificio contiguo.

Pero este abuelo tuvo que asumir inesperadamente el papel de candidato a la presidencia de Venezuela, en unas elecciones en las que se convirtió en el principal rival del presidente Nicolás Maduro.

Sin buscarlo, este discreto diplomático de carrera de 74 años, desconocido por el gran público, cambió su vida tranquila por camiones sin techo y luces de campaña, postulado in extremis por la oposición después de la inhabilitación de la carismática María Corina Machado y vetos contra otros posibles sustitutos.

"Esta es mi contribución a la causa democrática, como se lo dije yo al secretario ejecutivo de la Plataforma (Plataforma Unitaria Democrática, partido que lo postula como candidato). Yo hago esto con desprendimiento, como una contribución a la unidad, como una contribución a la lucha por una transición democrática en Venezuela. No tengo aspiraciones personales", expresó Edmundo González.

Nacido en La Victoria, una pequeña ciudad a 110 kilómetros de Caracas, González Urrutia se graduó en Estudios Internacionales por la prestigiosa Universidad Central de Venezuela para luego ingresar a la Cancillería.

Hablar ante multitudes no se le da fácil. Suele leer sus discursos en un tono monótono y muy rara vez improvisa.

Desde el gobierno, lo cuestionan por su edad, dificultades de movilidad y cierto temblor, en contraste con la agilidad de Maduro, de 61 años, que salta y baila en sus actos de campaña.

Pero González Urrutia ha moderado el discurso opositor con llamados a la reconciliación y menciones a posibles amnistías en aras de una transición. Y lidera las encuestas frente a Nicolás Maduro, que busca una nueva reelección.

Busca reelegirse

En el poder desde 2013, Maduro buscará el 28 de julio un tercer mandato de seis años, con lo que sumaría 18 al frente del país: sería el jefe de Estado que más tiempo haya gobernado Venezuela después del dictador Juan Vicente Gómez, que lo hizo durante 27 años a principios del siglo XX.

Exchofer de autobús y dirigente sindical, Maduro explota los estereotipos del "hombre del pueblo" para su beneficio político, evocando un pasado de vida sencilla en largas veladas televisadas con Cilia Flores, una primera dama muy poderosa entre bastidores.

"Con la victoria del próximo domingo, nosotros vamos a garantizar que se abran las compuertas de Venezuela, para la paz por 50 años. Para la paz, para la estabilidad, para la tranquilidad, para el desarrollo (y) el crecimiento", expresó Maduro.

Maduro, a quien sus detractores tildan de dictador, fue designado por Chávez como su heredero el 9 de diciembre de 2012, antes de que el entonces presidente viajara a Cuba para tratar un cáncer que lo llevó a la muerte tres meses después. 

Subestimado por muchos, logró eliminar resistencias en el gobernante Partido Socialista de Venezuela.

Durante su mandato, masivas manifestaciones fueron duramente reprimidas en 2014 y en 2017 por militares y policías, con centenares de muertos. Por las de 2017, la Corte Penal Internacional abrió una investigación por crímenes de lesa humanidad en contra de su gobierno.

Maduro supo también maniobrar entre una batería de sanciones internacionales tras su reelección en 2018, boicoteada por la oposición y desconocida por medio centenar de países. 

Los escándalos de corrupción y supuestos atentados en su contra no le han hecho mella y sigue en la silla presidencial, "indestructible", como reza el eslogan del dibujo animado de propaganda "Súper Bigote", que lo muestra en la TV estatal como un superhéroe que combate monstruos y villanos enviados por Estados Unidos y la oposición venezolana.

Ahora en la campaña se hace llamar "gallo pinto", para mostrarse fuerte frente a González Urrutia, mientras salta y baila en los mítines de campaña.

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