Firma panameña involucrada en caso Petrobras
La Policía brasileña informó hoy de que ha iniciado una nueva fase de la investigación de las corruptelas en Petrobras, la cual intenta determinar si parte del dinero desviado de la petrolera fue blanqueado mediante operaciones inmobiliarias articuladas por una firma con sede en Panamá.
Fuentes oficiales explicaron que en esas operaciones se investiga la participación de la firma de abogados Mossack Fonseca, que tiene sede en Panamá, opera en otros 40 países y se sospecha que facilitó a varios implicados en el escándalo la apertura de diversas empresas "offshore" en esa nación centroamericana.
"La investigación apunta a operaciones de lavado de dinero y de ocultación de patrimonio a través de negocios inmobiliarios", dijo en rueda de prensa el fiscal Carlos Fernando Dos Santos Lima, uno de los responsables del caso.
También afirmó que, según los indicios obtenidos hasta ahora, la empresa "Mossack Fonseca es una gran lavadora de dinero", por lo que el Ministerio Público brasileño pidió la cooperación de autoridades policiales de otros países, aunque declinó precisar cuáles.
Uno de los ejes de la investigación es un edificio construido en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de Sao Paulo, por una cooperativa sindical vinculada al gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y en el cual la propia Mossack Fonseca posee un apartamento de tres pisos.
En 2009, en medio de una severa crisis financiera, la cooperativa vendió esa propiedad a la constructora OAS, que está salpicada por el escándalo en Petrobras, y varios dirigentes del PT adquirieron apartamentos en ese edificio.
Uno de ellos fue el extesorero del partido Joao Vaccari Neto, ya condenado a quince años de prisión por su participación en las corruptelas en Petrobras, que incluyeron negocios ilícitos con la constructora OAS.
Otro de los apartamentos en el llamado Condominio Solaris estaba reservado por la familia del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, fundador del PT y padrino político y antecesor de la actual mandataria, Dilma Rousseff.
A mediados del año pasado, cuando empezó a ventilarse ese asunto, Lula negó que hubiera comprado un apartamento en ese edificio, pero admitió que su esposa, Marisa Leticia Lula da Silva, adquirió en 2009 una participación con vistas a una posible adquisición.
Sin embargo, aclaró que, como las obras para la conclusión del edificio se atrasaron, la constructora OAS ofreció la posibilidad de que reintegrarle el dinero a quienes aún no habían confirmado la compra.
"Como el proceso aún no ha finalizado", la esposa de Lula "evalúa si optará por el resarcimiento del monto pagado o por la adquisición de algún apartamento", indicó en una nota el Instituto Lula, que el propio expresidente dirige.
El fiscal Dos Santos Lima se negó a precisar si la investigación sobre esos apartamentos incluye también al expresidente Lula, pero aclaró que "todos los propietarios" y "todas las operaciones" de compra y venta que se hayan hecho en el Condominio Solaris están en la mira de la Policía.