Siguen las filas en Argentina por vacuna de fiebre amarilla para ir a Brasil
Cientos de personas volvieron hoy a formar largas filas en centros sanitarios de Buenos Aires y sus alrededores para vacunarse contra la fiebre amarilla antes de marcharse de vacaciones a Brasil, donde, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe un brote de esta enfermedad.
El Hospital Posadas, en la localidad bonaerense de El Palomar, fue uno de los lugares donde más ciudadanos pudieron verse, ya que se acercaron hasta allí alrededor de un millar.
Sin embargo, según informaron fuentes del hospital a la agencia estatal Télam, solo recibieron la vacuna unas 300 personas, por lo que se entregaron otros 400 turnos para la próxima semana.
Los ciudadanos se quejan de que muchos centros privados y públicos de Buenos Aires y otras localidades de la provincia homónima no cuentan con más dosis.
Esto se debe a que, en los últimos días, cientos de personas se han aplicado la vacuna alertadas por el brote de fiebre amarilla que afecta al país vecino desde diciembre de 2016 y que se ha agravado este mes.
En concreto, este viernes, desde primera hora de la mañana, decenas de viajeros se acercaron a centros públicos de la ciudad para recibir, por orden de llegada, un número que les permitiera vacunarse, ya que la cantidad de dosis que se aplican por día es limitada.
Esto provocó que se formaran largas filas en las que los ciudadanos debieron esperar entre tres y seis horas para inmunizarse, teniendo en cuenta que la vacuna debe aplicarse al menos diez días antes de volar, según recomienda la OMS.
Varias personas consultadas por Efe frente a Sanidad de Fronteras, uno de los centros públicos con más cupos (sobre 700), lamentaron que no se hubiesen habilitado más lugares públicos, ya que en los centros privados también la aplican pero cuesta 500 pesos (casi 26 dólares) y no lo cubre el seguro médico.
Con motivo de las quejas por las largas esperas, el Ministerio de Salud argentino informó este sábado a las líneas aéreas que operan con Brasil que no es necesario que los viajeros presenten un certificado de vacunación para ingresar al país.
Pese a que la enfermedad asalta a Brasil cada año, es difícil saber con exactitud cuántas víctimas ha dejado en 2018 porque las cifras de las distintas administraciones regionales se refieren a diferentes periodos, pero cálculos conservadores apuntan a unos 25 muertos desde finales de 2017.
El Ministerio de Salud del país reconoció esta semana 20 fallecimientos de entre 35 casos confirmados en todo el país desde julio de 2017 hasta el 14 de enero de 2018.