Santos sobre proceso de paz: “Esto no es un camino sencillo”

El conflicto entre la guerrilla colombiana de las FARC tiene más de 50 años. Presidente Santos busca lograr un histórico acuerdo de paz.

Juan Manuel Santos en entrevista exclusiva con AFP / AFP
Afp
05 2015 - 12:10

En pleno recrudecimiento del conflicto armado en Colombia, el presidente Juan Manuel Santos consideró "muy positiva" la presión internacional para "acelerar" el proceso de paz con la guerrilla FARC, que se negocia sin una tregua bilateral, dijo en entrevista exclusiva con la AFP.

La comunidad internacional ha expresado en los últimos días su alarma por la reanudación de los bombardeos contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La decisión de Santos, tras una emboscada que dejó 11 militares muertos, llevó a los rebeldes a suspender el alto el fuego declarado unilateralmente en diciembre.

"La paciencia de los colombianos no es infinita, por eso, toda la presión que se reciba para acelerar el proceso, bienvenida", dijo Santos, que realizará una maratónica gira por Europa la semana próxima.

En el marco de las negociaciones que el gobierno colombiano y las FARC sostienen desde noviembre de 2012 en La Habana para poner fin a más de cinco décadas de conflagración, los garantes Cuba y Noruega, así como la Unión Europea (UE) y la ONU, manifestaron su preocupación por el escalamiento de las hostilidades.

¿Pueden estas tensiones complicar la creación de un fondo fiduciario para financiar el posconflicto, un proyecto que el jefe de Estado busca materializar en Europa? "Todo lo contrario", aseguró Santos con una sonrisa desde la presidencial Casa de Nariño en Bogotá, confiado en el mensaje de celeridad que dan a las FARC los reclamos de un fin de la violencia.

"Creo que desde afuera a veces perciben mejor la realidad que vivimos", dijo Santos, esperado en Bruselas para la cumbre de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac), previo a visitas a Italia, Suecia y Noruega.

"Reconciliación entre enemigos"

Artífice del diálogo con la principal guerrilla del país, Santos, un político de centroderecha reelecto el año pasado para un segundo mandato hasta 2018, afirmó estar cumpliendo "las reglas del juego" pautadas desde el principio, que suponen "guerra y paz al mismo tiempo" mientras no se rubrique un acuerdo final.

"Todo proceso de paz es complejo, esto no es un camino sencillo", admitió en la entrevista.

Para el presidente, la "respuesta" consiste en "acelerar" las negociaciones, que ya alcanzaron acuerdos parciales sobre reforma agraria, cultivo de drogas y participación política de los exguerrilleros, así como un plan de desminado en uno de los países con más víctimas por este flagelo.

El último avance fue el anuncio el jueves de la creación de una Comisión de la Verdad, "un mecanismo independiente e imparcial de carácter extrajudicial", para recoger las confesiones de los actores del conflicto más antiguo de Latinoamérica, que ha dejado oficialmente 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados.

"La verdad va a ayudar a cicatrizar esas heridas y a reconciliarnos", señaló Santos, que celebró este "paso muy importante" para "defender y garantizar los derechos de las víctimas" y buscar "el máximo de justicia que permita la paz", aunque se negó a comentar sobre posibles penas de prisión para los insurgentes, una opción rechazada firmemente por las FARC.

Durante su periplo europeo, el mandatario también visitará el Vaticano con la esperanza de tener una "reunión fructífera" con el papa Francisco, "siempre un motivo de inspiración y unión" para un país mayoritariamente católico como Colombia. "Él en su debido momento sabrá cómo nos puede ayudar", dijo.

Más polémico quizás sea un eventual encuentro con su enemigo número uno: el máximo líder de las FARC, Timochenko, con quien Santos nunca se ha visto frente a frente.

"Tarde o temprano nos vamos a tener que encontrar porque precisamente se trata de una reconciliación entre enemigos", afirmó. "Han sido enemigos del Estado colombiano desde hace más de 50 años. Y lo que queremos es establecer unas reglas para poder seguir respetando nuestras diferencias, pero sin armas".

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