Política y mafia en Rio | La turbia alianza detrás del asesinato de la activista Marielle Franco

Marielle Franco
Marielle Franco / AFP
AFP - Agencia
29 de marzo 2024 - 09:00

La reciente detención de los presuntos autores intelectuales del asesinato de la concejal negra brasileña Marielle Franco, un crimen que conmocionó al mundo hace seis años, expuso más que nunca unos vínculos muy turbios: los de la política y el crimen organizado en Rio de Janeiro. 

El informe investigativo de la Policía Federal, un grueso expediente de 500 páginas, está repleto de revelaciones que parecen sacadas de una novela mafiosa. Describe con minuciosidad el funcionamiento de las milicias que siembran el terror en los barrios populares de la ciudad postal de Brasil, con la complicidad de policías y políticos de altos rangos.

Fue contra estas bandas que Marielle Franco alzó la voz antes de ser acribillada a balazos en su auto el 14 de marzo de 2018. La concejal de Rio, procedente de las favelas, murió a los 38 años junto a su conductor, Anderson Gomes. "Se trata de una investigación fundamental para comprender la profundidad del abismo en el que se encuentra Rio", escribió en la red social X el exdiputado izquierdista Marcelo Freixo.

Marielle Franco consideraba su mentor a Freixo, de quien fue asistente parlamentaria cuando él encaraba frontalmente a esas organizaciones criminales. "Las pesquisas de la Policía Federal muestran que las milicias mantienen una fuerte influencia en los niveles más altos de la policía de Rio", dice a la AFP Carolina Grillo, coordinadora del Grupo de Estudios sobre las Nuevas Ilegalidades (Geni) de la Universidad Federal Fluminense.

"Y que el poder público desempeña un papel activo para favorecer las actividades de las milicias", agregó.

"Asegurarse impunidad"

Detenidos el domingo, los hermanos Domingos y Chiquinho Brazão son viejos conocidos de la política carioca. Los investigadores los vinculan directamente con las milicias. El primero fue diputado local y luego consejero del Tribunal de Cuentas de Rio; el segundo, concejal de la ciudad, y actualmente es diputado federal.

El tercer sospechoso detenido, Rivaldo Barbosa, no es otro que el antiguo jefe de la policía civil de Rio. La investigación inicialmente estuvo a cargo de esa autoridad, pero el año pasado pasó a manos de la Policía Federal.

Según los investigadores, los hermanos Brazão contrataron los servicios de Barbosa para "asegurarse de antemano la impunidad". Nombrado en el cargo la víspera del asesinato, Barbosa habría velado por que "la investigación naciera muerta" al ocultar las huellas. Su detención supuso un 'shock' para los familiares de Marielle Franco, que se sintieron "traicionados" por quien los reconfortó poco después del crimen. "Me dijo que para él era una cuestión de honor resolver el caso", contó Marinete da Silva, madre de la exconcejal, al canal GloboNews.

Los tres detenidos se dicen inocentes.

La investigación se estancó durante cinco años, hasta el inicio del mandato del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, que hizo del esclarecimiento del asunto una promesa electoral.

Cuestiones territoriales

Las milicias llevan unos cuarenta años sembrando el terror en Rio. Creadas por antiguos policías, empezaron a establecerse en barrios populares del oeste de la ciudad, donde se presentaban como grupos de autodefensa comunitaria para mantener a raya a las bandas narcotraficantes. Además del "impuesto de protección" a los comerciantes, han extendido su extorsión a todo tipo de servicios, como gas e internet.

Pero sobre todo, se han apoderado de terrenos públicos para construir ilegalmente viviendas y edificios comerciales, de manera que la propiedad es "su principal fuente de ingresos", explica Carolina Grillo. Según la Policía Federal, ordenaron el crimen porque Marielle Franco "amenazaba sus intereses". 

El informe también menciona "numerosos indicios" de la implicación de los hermanos Brazão "en actividades de milicias criminales relacionadas con la apropiación ilegal de tierras". La investigación "demostró la importancia central de la cuestión de la tierra" en el control que las milicias ejercen sobre los barrios donde se asientan, incluso "a nivel político", subraya David Marques, de la ONG Foro Brasileño de Seguridad Pública.

Las zonas dominadas por estos grupos criminales se han convertido así en bastiones electorales para políticos, como sería el caso de los Brazão.

En 2008, cuando Marcelo Freixo creó una comisión parlamentaria de investigación en la Asamblea Legislativa de Rio, con la participación activa de su entonces asistente Marielle Franco, las milicias recibieron un duro golpe. Decenas de personas fueron detenidas, entre ellas representantes electos locales. Pero estos grupos delictivos "se reformaron rápidamente y reanudaron su crecimiento", afirma Carolina Grillo.

Para el ministro de Derechos Humanos, Silvio Almeida, las revelaciones de la pesquisa representan una oportunidad para "repensar" las políticas de seguridad "recuperando el control de los territorios".

"Para ello se necesitan políticas públicas, porque es aprovechando ese vacío cuando las milicias se afianzan y siembran terror", dijo el martes durante un homenaje a Marielle Franco en la Cámara de Diputados.

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