La Policía realiza una nueva operación en la mayor favela de Río de Janeiro
La policía brasileña realizó hoy por quinto día consecutivo una operación en la favela de Rocinha, la mayor de Río de Janeiro, tras un intenso tiroteo a primera hora de la mañana entre bandas de narcotraficantes rivales que se disputan el control de la barriada.
Según informó la Policía Militarizada, la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), una base policial en la favela, fue atacada por delincuentes, mientras que otro grupo de hombres armados escondidos en el bosque que rodea Rocinha disparaba a los agentes que rodeaban e intentaban entrar en la favela.
La de hoy es la quinta operación policial esta semana en Rocinha, después de que el pasado domingo más de 60 bandidos fuertemente armados intentaron invadir la favela y expulsar a los narcotraficantes que dominan el tráfico en la región.
La policía no actuó el domingo tras la invasión de los narcotraficantes, procedentes de otras favelas de Río de Janeiro dominadas por la misma banda y que dejó al menos dos muertos. Este jueves, el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) realizó una gran operación en Rocinha en la que aprehendió dos fusiles, dos pistolas y tres granadas, así como munición y drogas.
En represalia por la operación policial, un grupo de bandidos incendió un autobús municipal en Sao Conrado, a escasos metros de la favela de Rocinha. Los tiroteos de esta mañana llevaron a las autoridades a bloquear una avenida que pasa por delante de Rocinha y une la turística zona sur de la ciudad con la zona oeste, provocando largas retenciones de tránsito.
También esta mañana hubo tiroteos en las favelas de Chapéu Mangueira y Dona Marta, en la zona sur de Río de Janeiro, en el Complexo do Alemao (zona norte) y Vila Kennedy (zona oeste).
En el Complexo do Alemao, un menor fue herido por bala durante el tiroteo. Río de Janeiro vive una inusitada ola de violencia desde la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016, que ha obligado al Gobierno del presidente Michel Temer a enviar unos 10.000 miembros de las Fuerzas Armadas para reforzar la seguridad en la región, con la perspectiva de que permanezcan allí hasta finales de 2018.
En lo que va de año, según asociaciones de la sociedad civil, en todo el estado de Río de Janeiro se han registrado cerca de 4.000 muertes en actos de violencia, entre ellas el asesinato de 103 policías militarizados y unas 630 personas que perdieron la vida por las llamadas balas perdidas, que surgen de los recurrentes tiroteos que se registran en la ciudad entre policías y delincuentes.
El estado de Río de Janeiro afronta actualmente una de las mayores crisis económicas de su historia, después de que en junio del año pasado se declarara en estado de "calamidad financiera" (quiebra). La crisis ha provocado una menor presencia policial en las calles, un empobrecimiento general de la población y la puesta en marcha de un duro plan de recortes en el gasto público.
