El caso del periodista que ordenaba crímenes para luego cubrirlos en su programa
La historia del periodista y político brasileño Wallace Souza parece sacada de un buen guion de ciencia ficción, incluso podrías pensar que estas ante la película “Primicia Mortal”, ganadora de un Oscar a mejor guión original y protagonizada por Jake Gyllenhaal.
Souza paso de ser el periodista con el programa más visto y querido de la televisión brasileña a diputado estatal y hasta ahí llegó su buena fama, pues en el 2009 fue detenido acusado de estar detrás de una banda que asesinaba a pandilleros, para luego cubrir los hechos y tener la exclusiva detrás de estos crímenes.
Su vida fue objeto de admiración por parte del guionista paraguayo Daniel Bogado, quien viajó hasta Manaos, capital del estado de Amazonas en el 2017 y empezó a investigar sobre este personaje. Finalmente la historia gustó a un grupo de productores que crearon una serie documental y la llevaron a la famosa plataforma Netflix.
En su programa de televisión que inició siendo un proyecto con bajo presupuesto y terminó en una mega producción, hizo famosa la expresión: “Las familias honestas de nuestra ciudad necesitan paz y para los traficantes solo hay una solución bala y tumba”.
Una publicación del diario El País de España, destaca que el presentador se mostraba como “un gran azote del crimen. Alguien que combatía a unos delincuentes a los que el Estado era impotente o incapaz”.
De acuerdo a las investigaciones judiciales que lo llevaron a prisión la banda de Souza mataba a los traficantes, estaban primero que la policía en la escena del crimen y se mostraban como periodistas, pero antes habían robado la droga y el dinero del delincuente asesinado.
Souza fue acusado de “encargar asesinatos para exhibirlos en su programa, liderar una banda criminal, posesión de arma ilegal y asociación para el tráfico” y al momento de su detención soltó la expresión: “Tal vez sufro la mayor persecución política que ha habido en este estado”.
En el año 2010, el periodista y diputado murió en la cárcel por causas naturales. Su historia no terminó allí, el testimonio de su hijo Raphael Souza en el juicio que se le seguía antes de su muerte reveló datos más escalofriantes sobre este personaje de la crónica roja brasileña.