Paraguay: aumentan a 16 crucificados por reclamos laborales

Marcos Leiva, de 28 años, yace con sus manos clavadas a una cruz de madera en Luque, el miércoles 1 de julio de 2015. / AP
Ap
08 2015 - 15:40

Los crucificados por diferentes reclamos de carácter laboral aumentaron de 14 a 16 el miércoles en Paraguay.

Se clavaron a un madero cuatro 4 ex obreros de empresas contratistas que construyeron en los años 80 y 90 la represa hidroeléctrica paraguayo-brasileña Itaipú; y 12 choferes de una línea del transporte pública del área metropolitana

La peculiar protesta se realiza a 20 kilómetros al norte de Asunción, enfrente de los talleres de la empresa de transporte La Limpeña, propiedad del diputado Celso Maldonado del opositor Partido Liberal Radical Auténtico.

La AP llamó por teléfono al legislador pero no respondió de inmediato.

Sin embargo, en declaraciones a la radioemisora 1.080 m, de Asunción, confirmó que 51 conductores fueron expulsados de su empresa y preparaba el despido de otros 20. Argumentó que la desvinculación la ordenó porque, supuestamente, no cumplieron con las normas internas y dijo que la crucifixión es un "simple show".

The Associated Press hasta la precaria tienda de plástico en donde se encuentran acostados los crucificados y pudo constatar, uno a uno, que efectivamente están clavadas sus manos con clavo de 8 pulgadas.

Marcos Deudán, uno de los autoflagedos, dijo a la AP que "a mi lado está mi esposa Norma Bogado. Juntos hacemos este sacrificio para que ningún otro patrón menoscabe a los trabajadores".

"Esperamos que el papa Francisco se sensibilice y rompa el protocolo para venir a saludarnos o pida al gobierno que nos lleven hasta él, con nuestras cruces", explicó con firmeza.

Jorgelina Ayala comentó entre sollozos que "mi esposo fue despedido y nos quedamos son poder cubrir las necesidades familiares. Rezo para que Su Santidad venga a vernos".

El líder de los ex obreros contratistas, Carlos González, dijo a la AP frente a la embajada de Brasil que se continuarán crucificados "hasta que den una solución a nuestro reclamo: el pago de una indemnización de aproximadamente 40.000 dólares para cada uno de los trabajadores que no llegamos a cobrar los mismos beneficios sociales que las empresas contratadas por Itaipú pagaban a los obreros brasileños".

El sindicalista Juan Villalba dijo a la AP que el ministro del Trabajo Guillermo Sosa "me llamó por teléfono para que pida a los choferes que abandonen su protesta para no dar una mala imagen del país al papa Francisco. Pero los compañeros están decididos a permanecer crucificados".

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