La naturaleza pone otra vez a prueba el temple de los chilenos
La naturaleza ha puesto de nuevo a prueba el temple de los chilenos, con un terremoto de magnitud 8.4 que contabiliza hasta ahora once muertos, nueve heridos, centenares de damnificados y de viviendas destruidas, según datos oficiales.
El Gobierno ha movilizado con rapidez sus recursos y la presidenta Michelle Bachelet ya recorría temprano este jueves la zona más afectada, a unos 450 kilómetros al norte de Santiago, en la región de Coquimbo, verificando los daños e instruyendo medidas paliativas.
Según los expertos, el sismo ocurrido a las 7:54 p.m., frente a la localidad de Illapel, a unos 290 kilómetros de la capital, es el de mayor magnitud registrado en el mundo en lo que va de 2015 y el sexto en la historia de uno de los países más sísmicos del planeta.
Según el último informe oficial entregado por Ricardo Toro, director de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), hasta ahora se contabilizan once muertos, nueve heridos y 610 damnificados, además de 179 viviendas destruidas, otras 175 dañadas y no habitables y 288 dañadas pero habitables.
Del total de damnificados, 428 permanecen en albergues, 409 de ellos en la región de Coquimbo.
El balance incluye también 87.653 hogares sin suministro eléctrico y 9.070 sin agua potable, aunque el trabajo de decenas de cuadrillas vaticina que ambos servicios serán restablecidos en un breve lapso de tiempo.
Mientras tanto, la tierra ha seguido temblando y hasta las 4:00 p.m., las réplicas sobrepasaban las 110, incluidos varios temblores de magnitudes superiores a 6 y más de una decena mayores a magnitud 5.
Según los expertos las réplicas continuarán por un año o más en la llamada zona de ruptura, de unos 200 kilómetros de extensión.
La reacción oficial ha sido considerada rápida y eficiente, sobre todo tras la orden de evacuar numerosas localidades costeras a lo largo de 4.000 kilómetros de litoral, que abarcó a cerca de un millón de personas.
El mar avanzó tierra adentro en varios puntos de la costa, principalmente en la región de Coquimbo, donde las olas superaron en algunas localidades los cuatro metros de altura y causaron daños a lanchas e infraestructura de terminales pesqueros, y lanzaron embarcaciones de mediano tamaño a las calles del puerto de Coquimbo y la localidad de Tongoy, entre otras.
El Gobierno, según anunció la presidenta Michelle, decidió suspender varias actividades oficiales programadas con motivo de celebrarse este fin de semana el 205 aniversario del estallido de la lucha por la independencia de Chile.
"Vamos a suspender las actividades festivas. Sin embargo, vamos a participar en algunas actividades rituales y acordes a esta situación, veremos qué otras medidas vamos a tomar", dijo Bachelet en una rueda de prensa en La Moneda, tras encabezar una reunión del Comité de Emergencia.
La mandataria dijo que las celebraciones de Fiestas Patrias se realizarán de acuerdo a lo que decida cada intendente (gobernador), y manifestó que si las condiciones son favorables para ello, podrán llevarse a cabo con normalidad.
El ministro del Interior, Jorge Burgos, anunció en la tarde del jueves en una breve rueda de prensa, que tras el recorrido hecho por la mandataria en las zonas más afectadas, el Gobierno ha decidido decretar Estado de Excepción Constitucional de Emergencia en la Región de Coquimbo.
Burgos agregó que por el Estado de Emergencia Constitucional asumirá el general de Brigada Schafik Nazal Lázaro, "quien se desplazará a la zona en las próximas horas. Va a determinar el número de aumento de tropas que fuera necesario", apostilló.
El Estado de Excepción Constitucional es una manera de proteger la estabilidad y seguridad del país o zona en particular, a través de la ley, cuando ocurren situaciones anormales de distinta índole.
Bachelet viajó temprano a la zona más afectada y por ello no estará en la inauguración de las fondas, instalaciones provisionales de comida, canto y baile donde la población celebra las Fiestas Patrias y que según la tradición tienen que ser inauguradas por el presidente del país a ritmo de la cueca, el baile nacional de Chile.
Acompañada de varios ministros, la mandataria recorrió los sectores más afectados del puerto de Coquimbo y localidades cercanas, afectadas por el tsunami, donde cuadrillas de trabajadores se afanaban en la remoción de escombros, en las que dispuso diversas medidas para agilizar esa tarea y la reposición de los servicios básicos.
El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, afirmó que se harán los ajustes presupuestarios que sean menester para financiar la reconstrucción, mientras su colega de Minería, Aurora Williams, aseguró que la actividad minera, puntal de la economía chilena, opera de forma prácticamente normal.
A diferencia de otras ocasiones, la infraestructura vial sólo sufrió daños leves, que no han impedido el desplazamiento vehicular por las zonas afectadas.