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Moro se posiciona ante Bolsonaro y Lula, pero asegura que no es candidato

Sergio Moro, exministro de Justicia de Brasil / EFE
Afp
08 2020 - 06:01

El exministro de Justicia de Brasil Sergio Moro afirma que el presidente, Jair Bolsonaro, y el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva representan "dos extremos a evitar" en Brasil, aunque el popular exjuez anticorrupción aseguró en una entrevista con la AFP que no tiene en mente las elecciones de 2022.

Moro, de 47 años, renunció a la magistratura para convertirse en 2019 en ministro del mandatario ultraderechista y continuar la cruzada anticorrupción iniciada con Lava Jato. Esa investigación llevó a la cárcel a empresarios y políticos poderosos, incluido Lula, que sostiene que es inocente.

En abril, Moro dio un portazo al gobierno, al acusar a Bolsonaro de intentar interferir en investigaciones de la Policía Federal. Hoy el mandatario lo tilda de "traidor" y Lula de "canalla".

Estos son los principales extractos de la entrevista, realizada el lunes a través de la aplicación Zoom:

Poco empeño contra la corrupción

P: Después de sus acusaciones contra Bolsonaro, ¿se siente en parte responsable por la crisis política en Brasil?

R: Mi intención no fue perjudicar al gobierno, fue esclarecer por qué estaba renunciando (…). Después del inicio de la pandemia, comenzó una cierta crisis, en mi opinión, de credibilidad del gobierno y una creciente tensión con otros poderes, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso. Mi renuncia entra en ese contexto pero es apenas una parte, no me siento responsable [de la crisis].

P: ¿El presidente rompió con su promesa de combatir la corrupción?

R: [En el Ministerio de Justicia] logramos avanzar en el combate de la criminalidad violenta y del crimen organizado, pero en relación a la corrupción no mucho, y uno de los problemas -y con todo respeto- fue la falta de más apoyo de parte del palacio de Planalto (sede del Gobierno brasileño).

Sin riesgo de golpe militar

P: ¿Cree en la reciente postura más moderada del presidente?

R: Ese cambio en la postura del presidente, de menor hostilidad y con un discurso más moderado, es bueno para el país, favorece la estabilidad (...) Desgraciadamente, algunos pronunciamientos del presidente crearon una tensión innecesaria, generando una imagen negativa del país. Brasil siempre fue una democracia confiable y el pueblo brasileño siempre fue visto como muy tolerante, muy simpático (...) y esa imagen estaba siendo corroída por un discurso hostil. Es bueno que eso cambie.

P: ¿Cómo sintió la presencia de militares en el gobierno?

R: Trabajé en el gobierno, conviví con los militares (…) y no existe ninguna perspectiva posible de un movimiento autoritario, de golpe por parte de las Fuerzas Armadas (…) La presencia de militares en el gobierno en sí no es negativa, lo que es equivocado es intentar usar esa presencia como si hubiese una posición de fuerza que se puede imponer sobre otros poderes. Eso nunca vino de las Fuerzas Armadas, sino de un discurso equivocado del propio Planalto.

Lula y Bolsonaro

P: ¿Encuentra semejanzas entre Bolsonaro y Lula?

R: Ambos tienen un carácter un tanto populista en la formulación de políticas públicas. La diferencia es que el presidente Bolsonaro sería un populista de derecha y el presidente Lula un populista de izquierda (…) En cierta manera son dos extremos, en mi opinión respetuosa, que deben ser evitados.

P: ¿Qué perjudicó tanto la imagen de Bolsonaro o de Brasil?

R: Hubo equívocos en términos de acciones y discursos (…) En el pasado parecía que había cierto estímulo o desprecio ante la gravedad de la pérdida de selva amazónica. Hoy existen acciones efectivas del gobierno en esa línea [Moro cita la operación contra la deforestación Verde Brasil 2, dirigida por militares]. Sería igualmente relevante que fuesen acompañadas por un cambio en el discurso del presidente.

Este tipo de cosas terminan perjudicando mucho la imagen de Brasil, dan una imagen equivocada de que estamos con un sesgo autoritario, que somos negligentes con el medio ambiente, con los derechos de las minorías. Y el pueblo brasileño no es así.

2022, aún lejano

P: ¿Es posible un binomio con el exministro de Salud Henrique Mandetta en 2022?

R: Con el coronavirus, los desafíos de 2020 son muy grandes para pensar en 2022, es un escenario absolutamente impredecible. Durante la pandemia, [Mandetta] creció mucho porque adoptó una política que transmitía tranquilidad a la población, principalmente por la transparencia (…), pero creo que ni él ni yo estamos pensando seriamente en 2022. Yo voy a apuntar al sector privado, tengo buenos contactos en el área académica, ya era profesor al mismo tiempo que fui juez y ministro. Mi tarea en este momento es la reinserción en 2020 y no pensar en 2022.

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