Lula recorrerá las regiones más pobres de Brasil en clima de campaña
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado en primera instancia a nueve años y medio de prisión por corrupción, comienza mañana un viaje por el nordeste de Brasil, una de las regiones más pobres del país, en un clima de precampaña cuando falta más de un año para las elecciones.
Lula da Silva, uno de los líderes más carismáticos de Brasil, aún no ha definido si se presentará a los comicios presidenciales del próximo año, pero desde hace meses habla en tono de "candidato" mientras se estrecha el cerco judicial en su contra.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT), de 71 años, viajará a partir de mañana para "conocer las necesidades del pueblo" y recorrerá más de 3.000 kilómetros con el fin de reconquistar su apoyo en el nordeste de Brasil, su bastión electoral.
El PT comparó esta iniciativa a las "Caravanas de Ciudadanía", un proyecto similar que Lula desarrolló antes de las campañas para las presidenciales de 1992 y 1994, en las que perdió, pero que le dieron proyección nacional a su imagen política, forjada en los sindicatos de Sao Paulo.
La primera etapa del "Proyecto Lula por Brasil" comenzará este jueves en Salvador, la capital del estado de Bahía, y concluirá el 5 de septiembre en Sao Luis, en el estado de Maranhao.
Entre una y otra fecha, Lula recorrerá una veintena de ciudades de nueve estados brasileños del empobrecido nordeste de Brasil con el fin de conocer los "cambios" ocurridos durante los 13 años de gobierno del PT, desde la llegada al poder de Lula en 2003, hasta la destitución de Dilma Rousseff en 2016.
El exmandatario participará el jueves en Salvador del lanzamiento del libro "Comentarios de una sentencia anunciada - El proceso Lula", mientras que el viernes se desplazará a otras ciudades del estado para recibir el título Doctor Honoris Causa en la Universidad Federal do Recôncavo da Bahia y participar en un festival de la Juventud.
El sábado Lula estará en la localidad de Feira de Santana en un acto en defensa de las políticas públicas en el semiárido brasileño y de la agricultura familiar.
La presencia de Lula en el nordeste contará con un refuerzo de la seguridad ante el temor de posibles protestas de grupos contrarios al expresidente, quien aparece al frente en casi todos los sondeos de opinión de cara a 2018, pero que cuenta con altos índices de rechazo.
El Partido de los Trabajadores, debilitado por la corrupción y la crisis económica, todavía no ha definido el nombre de su candidato para 2018, pero Lula no esconde su intenciones y ha reiterado en diversas ocasiones que está "dispuesto" a defender las siglas en los comicios.
Pero su candidatura no depende tan sólo de su voluntad. Según las leyes electorales brasileñas, es posible postular a un cargo público aún con una condena en primera instancia, pero si esa sentencia es confirmada por un tribunal superior la candidatura no puede ser inscrita.
Lula se encuentra acorralado por la justicia y el pasado julio fue condenado por el juez Sergio Moro a nueve años y medio de presión por el delito de corrupción y lavado de dinero, una sentencia que podrá recurrir en libertad pero que amenaza su candidatura.
El exmandatario tiene abiertos otros cuatro procesos en la Justicia, la mayoría relacionados con el caso Petrobras, que ha enviado a prisión a decenas de políticos de todo el arco ideológico e importantes empresarios acusado de pagar sobornos para conseguir contratos de obras.
El ex jefe de Estado, que gobernó Brasil entre 2003 y 2010, ha negado los hechos y ha alegado que existe una persecución política ante el temor de algunos sectores de que pueda regresar a la Presidencia.