Indígenas protestan en Brasil contra políticas de Bolsonaro
Centenares de personas, lideradas por indígenas, protestaron el jueves en Sao Paulo y otras ciudades de Brasil contra las políticas del presidente Jair Bolsonaro, quien ha prometido no adjudicar más territorios a esas comunidades y defiende el agronegocio que avanza sobre sus tierras ancestrales.
Las movilizaciones forman parte de la campaña "Sangre indígena, ni una gota más" del movimiento Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB).
Varias centenas de manifestantes se congregaron frente al Museo de Arte de Sao Paulo (MASP) y algunas decenas frente al ministerio de Agricultura en Brasilia, comprobó la AFP.
"Naturaleza furiosa" o "La vida no Vale nada", decían algunos carteles, el último en alusión a la tragedia en una mina de la compañía Vale en Brumadinho, sureste de Brasil, que ha dejado un saldo provisorio de 99 muertos y más de 250 desaparecidos.
Una de las primeras medidas de Bolsonaro, que asumió el cargo el 1 de enero, fue traspasar de la Fundación Nacional del Indio (Funai) al ministerio de Agricultura las funciones de demarcación de las tierras indígenas y el servicio de vigilancia forestal, desatando críticas de organizaciones indigenistas y de defensa del medio ambiente.
Survival International, una organización de protección de los pueblos autóctonos, afirmó en un comunicado que esas medidas fueron "prácticamente una declaración de guerra contra los pueblos indígenas de Brasil" y denunció que el discurso de Bolsonaro ha incentivado aún más la violencia contra los pueblos originarios.
"Envalentonados por el nuevo presidente y su larga historia de retórica antiindígena, los ataques de hacendados y pistoleros contra las comunidades indígenas aumentaron dramáticamente", afirmó Survival.
Según la APIB, un millón de los 209 millones de brasileños "son indígenas y viven en tierras que ocupan un 15,5% del territorio del país y "las tierras indígenas representan verdaderas barreras de protección de la selva".
Pero, añade, "el año pasado, la deforestación de la Amazonía aumentó casi 14% respecto el año anterior, el mayor índice de los últimos diez años".