Incertidumbre sobre los cuerpos de los periodistas ecuatorianos tras un mes de su secuestro
Este jueves se cumple un mes del secuestro del equipo periodístico del diario El Comercio asesinado en cautiverio, sin que el Gobierno ecuatoriano conozca hasta ahora dónde están los cadáveres, así como tampoco el paradero de una pareja secuestrada hace dos semanas en la frontera con Colombia.
Ricardo Rivas, hermano Paúl, el fotógrafo asesinado, recordó hoy que hace exactamente un mes el equipo de prensa viajó a la provincia de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, para recabar información sobre los efectos de la violencia en la zona, afectada desde enero por una cadena de atentados con explosivos.
Un día después, el fotógrafo, el periodista Javier Ortega y el conductor Efraín Segarra del diario El Comercio fueron secuestrados por grupos disidentes de las FARC.
Comenzaba entonces el drama de unas familias que aún no ha acabado, y que a partir del pasado 13 de abril, cuando el presidente Lenín Moreno confirmó su asesinato, se centra en recabar apoyos internacionales para presionar a su Gobierno a que consiga la devolución de los cuerpos.
Sobre tema, Rivas comentó hoy a Efe que no tienen novedades y apuntó que hace ocho días mantuvieron una reunión con representantes del Gobierno para analizar su petición de que se conforme una comisión para investigar el caso.
La Cruz Roja Internacional, la ONU, la Organización de Estados Americanos y foros de periodistas por todo el mundo han ofrecido su ayuda para recuperar los cuerpos, pero la conexión con alias Guacho, disidente de las FARC y a quien se atribuye el secuestro y asesinato, se ha roto.
"Hemos tratado de tener contacto con los secuestradores, no ha existido otra comunicación", reconoció el lunes el ministro del Interior, César Navas, a cargo del caso en el Ejecutivo ecuatoriano.
Tampoco sabe nada de la pareja secuestrada el 17 de abril, Vanesa Velasco Pinargote y Oscar Efrén Villacís, lo que ha profundizado el dolor de unas familias que siguen en la más completa incertidumbre.
El presidente Lenín Moreno ha ofrecido desclasificar los documentos del proceso de investigación desde que se conoció el primero de los secuestros, oferta que aún no ha cumplido.
"No hemos tenido ningún avance de nada", dijo Rivas al ser consultado sobre el ofrecimiento del jefe de Estado.
Mientras tanto, familiares y colegas mantienen a diario vigilias en la Plaza Grande, frente a la sede de la Presidencia, para exigir transparencia, así como la entrega de los cadáveres. Hoy, con motivo del que sería su 46 cumpleaños, los amigos de Rivas organizaron una exposición de sus imágenes en el Ayuntamiento como una forma de celebrar la vida del fotógrafo.
El deterioro de la seguridad en la frontera, que se ha cobrado además las vidas de cuatro militares en una potente explosión, ha generado tensiones entre el Gobierno ecuatoriana y el de Colombia, al que Moreno exigía mayor colaboración en la lucha contra un problema que dijo "no era de Ecuador", porque el cultivo y procesamiento de la coca tiene lugar en el país vecino.
Colombia tardó en desplazar a sus efectivos a la frontera, donde hoy se concentran más de diez hombres a cada lado de la divisoria.
Un esfuerzo militar con el que ambos países tratan de capturar a alias Guacho, para lo cual Ecuador no estaba preparado, según reconoció Moreno al solicitar la ayuda de varios países, entre ellos España.
Hoy, fruto de esa colaboración, Ecuador y EE.UU. suscribirán un acuerdo de cooperación para "la lucha contra la delincuencia organizada trasnacional", una alianza que se había roto hace años por las discrepancias políticas e ideológicas que el anterior Gobierno, presidido por Rafael Correa, tenía con Washington.
En la víspera de un mes del secuestro del equipo de prensa, queda por ver también cómo afecta esta crisis a la estabilidad del Gobierno ecuatoriano.
La semana pasada Moreno exigió responsabilidades a los ministros de Interior, Navas, y de Defensa, Patricio Zambrano, y anunció públicamente que si no le traen a alias Guacho en 10 días -el plazo vence mañana- espera de ellos que den "un paso al costado".