Gobierno argentino pide 'prudencia' en investigación de la muerte de Nisman
El Gobierno argentino pidió hoy "prudencia y responsabilidad" en todo lo que rodea a la investigación de la muerte del fiscal Alberto Nisman, ocurrida en enero de 2015 en circunstancias aún por esclarecer, e insistió en la necesidad de esperar a las conclusiones de la Justicia.
En una rueda de prensa realizada en la Casa Rosada tras una reunión del Ejecutivo, el jefe del Gabinete de ministros, Marcos Peña, hizo hincapié en que el presidente Mauricio Macri "ha sido muy claro en el compromiso con las hijas y los familiares de poder llegar al fondo de la verdad y apoyar a la Justicia".
La afirmación del funcionario llegó tras ser consultado por la denuncia que realizó este lunes el diputado nacional por la provincia de Buenos Aires del frente kirchnerista Unidad Ciudadana Leopoldo Moreau, quien afirmó ante la Justicia que el Gobierno y la Gendarmería realizaron un pacto.
La supuesta finalidad de este es que el cuerpo policial adapte sus pericias de la investigación de la muerte de Nisman para extender la hipótesis de que fue asesinado, a cambio de recibir protección desde el Ejecutivo en el caso de la desaparición de Santiago Maldonado, que ha conmocionado a la opinión pública.
"No voy a opinar sobre lo que otros dirigentes digan porque lo contextualizamos en lo que cada uno representa como valores y como forma de ver la democracia y la política. Y nuestro foco va a estar siempre puesto en la institucionalidad y la seriedad", apuntó Peña.
Asimismo, insistió en la necesidad de mantener "mucha prudencia y responsabilidad con lo que tiene que ver con la causa Nisman".
La declaración se produce después de la polémica generada la pasada semana cuando medios locales señalaron que una investigación de la Gendarmería apunta a que "golpearon, drogaron y mataron" al fiscal en su apartamento de Buenos Aires.
Dicha hipótesis surge de la recreación del escenario de la muerte realizada por peritos policiales, que consideran que el procurador, que apareció con un tiro en la cabeza cuatro días después de denunciar a la entonces presidenta, Cristina Fernández (2007-2015) por presunto encubrimiento de terroristas iraníes, fue golpeado en la nariz y los riñones y quedó bajo el efecto de la droga ketamina.
Luego, según relató el diario Clarín, dos personas le causaron la muerte.
Sin embargo, tras estas publicaciones, la propia Gendarmería aseguró que todavía no existe "ningún informe final conclusivo" de la junta de expertos del cuerpo policial.
Esta fue conformada a petición del fiscal Eduardo Taiano con el fin de avanzar en la investigación del fallecimiento, ya que un año y medio después todavía se desconoce si se trató de un suicidio o un asesinato.