Francisco presenta la corrupción como 'virus' ante la clase política peruana
El papa Francisco se refirió hoy a la corrupción como un "virus social" que ataca a los pueblos y las democracias de América Latina, ante la clase política peruana en pleno, muy dañada y golpeada en todos sus niveles por los escándalos vinculados a la constructora brasileña Odebrecht.
"La corrupción: cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos y a las democracias de este bendito continente ese virus social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados", señaló el papa en el patio de honor del Palacio de Gobierno de Lima.
El pontífice ofreció su discurso ante el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y gran parte de la clase política y dirigente del país, que asistió como espectadora de lujo a su alocución, sin poderse acercar en ningún momento a Francisco.
Tras haber visitado la ciudad amazónica de Puerto Maldonado, donde se reunió con representantes de pueblos indígenas, Jorge Bergoglio aseguró que Perú es tierra de esperanza, pero advirtió que "sobre esta esperanza apunta una sombra, se cierne una amenaza".
"Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo", remarcó.
Lamentó, en ese sentido, la forma en que se está "despojando a la tierra de los recursos naturales sin los cuales no es posible ninguna forma de vida".
También aseguró que la degradación del medioambiente no se puede separar de la degradación moral y citó el ejemplo de la minería informal, que no solo destruye los bosques y ríos sino que es causa de la trata de personas, trabajo informal y delincuencia.
Apuntó, de inmediato, a la corrupción como otra forma de degradación y remarcó el mal que le hace a los pueblos y a las democracias del continente por ser un fenómeno que lo infecta todo, "siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados".
El pronunciamiento lo hizo en un país que ha sido duramente golpeado por el escándalo de corrupción de Odebrecht, que ha salpicado a los Gobiernos de Alejandro Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011), Ollanta Humala (2011-2016) y del propio Kuczynski, además de a gran parte de la oposición política.
El actual gobernante se salvó a finales de diciembre pasado de ser destituido en el Congreso por los vínculos de una empresa suya con Odebrecht, gracias a que un grupo de legisladores fujimoristas, liderado por Kenji Fujimori, se abstuvo de votar en ese pedido.
Tres días después de esa decisión, el 24 de diciembre, Kuczynski indultó al expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), padre de Kenji y que cumplía una condena a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
Precisamente, entre los numerosos asistentes a la ceremonia protocolaria de hoy en el Palacio de Gobierno, estuvieron tanto Kenji como su hermana Keiko, la líder del partido fujimorista Fuerza Popular, que también está siendo investigada por sus presuntos vínculos con Odebrecht.
Francisco insistió hoy en que para luchar contra el "flagelo social" de la corrupción es necesario una mayor "implicación y mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil", sin excluir "a las instituciones eclesiásticas".
Exhortó, además, a empeñarse para dar al pueblo "la seguridad que nace de sentir que Perú es un espacio de esperanza y oportunidad pero para todos y no para unos pocos; para que todo peruano, toda peruana pueda sentir que este país es suyo".
El presidente Kuczynski le pidió, a su turno, que dé a su país "un empujón hacia la paz y el diálogo", en una clara alusión a la crisis política que afecta a su Gobierno desde que afrontó el pedido de destitución e indultó a Fujimori.
"Estamos unidos por la esperanza, ese es el lema de su visita, en una visión de progreso, de revolución social, y unidos en la esperanza de que, con fe, llegaremos, con diálogo sí llegaremos, con el mensaje de Francisco sí llegaremos", afirmó el gobernante.
Tras participar en la actividad protocolaria, el papa sostuvo una breve reunión en privado con Kuczynski y luego partió en el papamóvil hacia la iglesia de San Pedro, ubicada a pocas cuadras del Palacio de Gobierno, para reunirse con miembros de la Compañía de Jesús, la congregación a la que pertenece.
Francisco se dirigió luego a la residencia de la Nunciatura Apostólica, en el distrito de Santa Beatriz, en cuyos exteriores fue esperado por miles de personas y donde descansará antes de viajar el sábado a la ciudad de Trujillo, en la costa norte del país.