Fiscales de operación Lava Jato piden que Lula pase a régimen semiabierto
Los fiscales de la operación anticorrupción Lava Jato pidieron este viernes al poder judicial que el encarcelado expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pase a régimen semiabierto para cumplir el resto de su pena.
Lula está preso desde el 7 de abril de 2018 en una celda especial de la Policía Federal en Paraná (sur). Este lunes cumplió una sexta parte de su pena de ocho años y 10 meses por corrupción, con lo que tiene el derecho de pasar al régimen semiabierto o incluso domiciliar.
El exmandatario (2003-2010) de 73 años declinó esta semana del beneficio.
Los fiscales de la Lava Jato, incluyendo el jefe de la operación, Deltan Dallagnol, suscribieron un oficio argumentando que Lula cumplía los criterios para un "régimen más blando". Estos criterios son el cumplimiento de una parte de la pena y buen comportamiento, entre otros.
"Se trata del derecho del penalizado de, una vez cumplidos los requisitos objetivos y subjetivos, pasar al cumplimiento de una pena en el régimen más benéfico", dice el texto.
El pedido se da en momentos en que el Supremo Tribunal Federal (STF) discute un recurso que podría anular decenas de sentencias de Lava Jato, incluyendo una del mítico líder de la izquierda brasileña.
"Lula debe tener su libertad plena restablecida porque no practicó cualquier crimen y fue condenado por medio de un proceso ilegítimo y corrompido por evidentes nulidades", dijo Cristiano Zanin; abogado del ex presidente.
La defensa agregó que presentará la información el lunes al expresidente "para que tome su decisión sobre el asunto".
Lula fue acusado de haber aceptado un apartamento tríplex en un balneario de Sao Paulo a cambio de prebendas para constructoras durante su gobierno.
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) se declara inocente y afirma que las acusaciones en su contra son una componenda política para impedir su participación en la elección presidencial de 2018.
Hasta poco después de su encarcelamiento, el expresidente lideraba las encuestas de opinión. El ultraderechista Jair Bolsonaro, segundo colocado, venció el pleito. Poco después nombró ministro de Justicia a Sergio Moro, el juez que firmó la sentencia de Lula.