Cristina Fernández deberá declarar en el juicio por corrupción el 2 de diciembre
El tribunal que juzga por presunta corrupción a la vicepresidenta electa argentina, Cristina Fernández de Kirchner, programó para el próximo 2 de diciembre su declaración en el juicio iniciado en mayo pasado por supuestas irregularidades en la concesión de obra pública durante su mandato como presidenta (2007-2015).
Según informaron a Efe fuentes judiciales, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 de Buenos Aires prevé esa fecha -cuando solo quedarán ocho días para que asuma formalmente el cargo de vicepresidenta- para tomar declaración a Fernández.
Sin embargo, que finalmente sea ese día dependerá de la extensión de las declaraciones de otros imputados ya previstas para el 25 de noviembre.
El juicio, el primera que enfrenta la expresidenta por las varias causas por presunta corrupción que le afectan, comenzó el 21 de mayo y Fernández se ha ausentado de varias sesiones con permiso del tribunal, principalmente alegando que le coincidían con sus labores como senadora.
También en los últimos meses la exmandataria -sobre quien pesan varias órdenes de detención que no se hacen efectivas por tener fueros- ha alternado sus actividades de campaña para las elecciones del 27 de octubre pasado, en las que venció junto al peronista Alberto Fernández, el candidato a presidente, con los viajes a Cuba para ver a su hija Florencia, quien recibe allí un tratamiento médico.
En el juicio se investiga el presunto direccionamiento de la adjudicación de obra pública, en la provincia de Santa Cruz, donde nació Kirchner y desarrolló gran parte de su carrera política, a favor de empresas de Lázaro Báez, excolaborador y amigo del expresidente Néstor Kirchner (2003-2007).
Según la acusación, en los 12 años de mandatos de Kirchner y de su esposa, se adjudicaron a Báez más de 50 obras, el 80 % del total, muchas de las cuales quedaron inacabadas, tuvieron sobreprecios o eran innecesarias.
A su vez, en otras causas ya se investiga el posible retorno de esos supuestos millonarios sobreprecios al matrimonio presidencial a través del alquiler de propiedades inmobiliarias de los Kirchner al propio Báez.