Colombia irá al rescate de barco hundido hace tres siglos con un tesoro
Colombia lanzará este viernes una convocatoria a inversionistas interesados en la concesión del rescate del galeón "San José", hundido con un tesoro de piedras preciosas, oro y plata hace tres siglos frente a las costas de Cartagena en su ruta a España.
En una audiencia pública en la caribeña ciudad de Cartagena se detallarán los requerimientos científicos y las condiciones legales para participar de una Asociación Público Privada (APP), con la cual el gobierno busca el financiamiento para el rescate de la histórica embarcación.
La nave capitana española galeón "San José", cargada con riquezas provenientes del Virreinato del Perú, fue hundida el 8 de junio de 1708 por un cañonazo inglés durante la batalla de Barú, frente a las islas Rosario, en Cartagena.
El 5 de julio, el presidente Juan Manuel Santos anunció que un inversionista dispuesto a asumir todos los costos ya presentó una propuesta "que cumple con los más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos para la preservación y divulgación de este patrimonio cultural".
Sin embargo, con la APP se podrán recibir nuevas propuestas, entre las cuales se escogerá la mejor, mientras tanto se mantendrá en secreto la identidad del ofertante inicial, el monto de inversión y la remuneración que recibiría.
La concesión deberá incluir la "construcción de un laboratorio de conservación de materiales y de un museo" para las piezas recuperadas -la mayoría parte de la estructura del barco- explicó a la AFP una fuente del Ministerio de Cultura, a cargo del proceso.
El barco, que inspiró leyendas y novelas por su importante cargamento de oro, plata y piedras preciosas, fue hallado en noviembre de 2015 y su descubrimiento fue calificado por Santos como "el tesoro más valioso que se ha encontrado en la historia de la humanidad".
Millonaria carga
Gracias a un arqueólogo que investigó por más de 40 años la historia del "San José" y encontró un mapa en la biblioteca del Congreso de Estados Unidos, en Washington, se logró ubicar el barco, relató el mandatario hace una semana.
"Ese documento lo había elaborado un espía español, que estaba al servicio de los ingleses", relató Santos. El mapa fue utilizado en la búsqueda por un equipo de científicos de todo el mundo, entre ellos un experto que participó en la búsqueda del "Titanic", detalló.
Las autoridades colombianas no han divulgado a cuánto ascenderían las riquezas del San José, pero cálculos hechos por expertos en 1980 determinaron el valor del tesoro en unos 10.000 millones de dólares.
La cuantiosa carga era esperada ansiosamente por el rey Felipe V de España, en medio de la Guerra de Sucesión en el siglo XVIII, para aportar fondos a la metrópoli en decadencia.
El enigma de la ubicación del San José motivó leyendas y obras literarias como "El amor en los tiempos de cólera", del nobel colombiano Gabriel García Márquez, fallecido en 2014.
En la novela, Florentino Ariza quería sumergirse en las aguas cartageneras para encontrar y entregarle el tesoro perdido a su querida Fermina Daza.
Relato de América
El gobierno sostiene que a la fecha no hay "ningún" litigio por la posesión del pecio y objetos del galeón, aunque España invoca derechos sobre el barco por ser un buque de guerra que tenía pabellón de Estado.
Parte de los argumentos españoles están basados en la convención de Naciones Unidas de Derechos del Mar, no suscrita por Colombia.
La embarcación había sido buscada durante décadas por cazatesoros y motivó también un litigio multimillonario con la empresa estadounidense Sea Search Armada (SSA), que demandó al Estado colombiano por un supuesto incumplimiento de contrato en la búsqueda de los restos.
Pero en octubre de 2011 una corte de Washington falló a favor de Colombia.
Más allá de la riqueza, para los expertos la embarcación dará nuevas claves sobre la historia de la humanidad.
"El galeón San José (...) encierra en sus calas la historia de todo un continente. El testimonio del sufrimiento de los pueblos de las Américas en aquella época representa mucho más que su peso en oro; merece nuestro respeto y nuestra protección y su lugar no puede ser otro que un museo", dijo la directora general de la Unesco, Irina Bokova, tras el hallazgo en 2015.