Camarón, el producto estrella de Ecuador acechado por el crimen
Robos en piscinas de cría y ataques de encapuchados con fusiles en el mar. Ecuador, el primer exportador de camarón del mundo, produce el crustáceo en medio de una ola de violencia que deja trabajadores muertos y heridos.
La industria ecuatoriana pone uno de cada cinco camarones en las mesas alrededor del planeta. En 2022, las exportaciones del "oro rosado" representaron un récord de 7.289 millones de dólares para la nación, el 22% del total de ventas al exterior, según cifras oficiales.
Para la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), que agrupa a 4.000 productores y exportadores de camarón, el sector enfrenta dos amenazas: asaltos a embarcaciones que transportan el crustáceo en el Golfo de Guayaquil (suroeste) y robos en las piscinas de producción en cautiverio.
Los traficantes venden luego el camarón en mercados populares o a comerciantes que intentan introducirlo en la cadena de exportación.
Entre enero y agosto de este año, se han registrado 64 hechos delictivos contra el sector como robos con violencia en alta mar y en carreteras, que dejan más de 50 víctimas, incluidos dos muertos, según la CNA, que denuncia un subregistro.
"Cuando salimos a dejar la mercancía a tierra, trabajamos a la defensiva y ubicando los puntos de riesgo donde nos pueden asaltar", dice a la AFP bajo reserva un comunero de Puná, en la isla del mismo nombre, una de las ocho del Golfo dedicadas al camarón. El crustáceo destronó al banano al frente de las exportaciones no petroleras de Ecuador.
Habla con miedo y sin dar mayores detalles sobre el último ataque que presenció en mar abierto en abril.
"La Armada patrulla, pero no se atreve a entrar cerca de las camaroneras", agrega el hombre de 51 años, de los cuales 25 ha trabajado en la industria.
Oficiales de la Marina rechazaron llevar a la AFP en sus patrullajes en zonas conflictivas en el Golfo, alegando motivos de seguridad.
Muertes y mafias
El presidente de la CNA, José Antonio Camposano, sostiene que los ataques se dan en los mismos "lugares de siempre", denunciados "como zonas rojas".
Con radares y tecnología propia la entidad ha advertido a la policía de los puntos riesgosos. Entre ellos, Puerto Roma (en el Golfo), el archipiélago de Jambelí (más al sur) y dos rutas estratégicas en la Costa que sirven para transportar el producto hasta las empacadoras.
Abril, por ejemplo, fue un mes funesto: con un día de diferencia, hubo dos ataques que dejaron siete heridos.
En el primero, hombres con fusiles dispararon a quemarropa a seis trabajadores camaroneros que salían de Puerto Roma en una embarcación. Robaron el cargamento y huyeron en lanchas rápidas.
Tras el ataque, los empleados llegaron ensangrentados a un muelle en la ciudad portuaria de Guayaquil, de las más afectadas por el crimen organizado y bandas ligadas al narcotráfico, con ramificaciones internacionales.
Y en el segundo robo, un chofer de una camaronera quedó herido de gravedad luego de ser interceptado en una carretera por hombres armados.
"Seguimos siendo víctimas, a diario, de una delincuencia mejor armada que los policías", agrega Camposano.
Además, el dirigente denuncia una "ausencia total de la fuerza pública" en zonas que son "tierra de nadie", de acuerdo a un comunicado.
Propietarios de camaroneras, que hablan bajo reserva por miedo a represalias, señalan la existencia de mafias que roban la mercancía para financiar sus negocios ilícitos.
Seguridad privada
"No es que los robos ocurren todos los días, pero cuando pasan, afecta la producción de toda una semana", dice Kléber Siguenza, dueño de una finca camaronera en la provincia de Guayas (capital Guayaquil).
El empresario siente temor por los secuestros tras el de un colega suyo en junio al salir de una firma en Durán, localidad cercana a Guayaquil asediada por grupos narcos.
Evita divulgar cuánto ha invertido para blindar su empresa con guardias privados y un sistema de videovigilancia.
Según la CNA, los camaroneros destinarán 100 millones de dólares este año a seguridad, lo que les resta competitividad frente a rivales de países como India o Vietnam, donde la producción es más barata.
Otros factores como la caída del precio por la menor demanda en China, principal destino, también golpean el mercado.
Edison Brito, presidente de la Cámara de Productores de Camarón de la provincia de El Oro (vecina a Guayas), denuncia extorsiones a empresas a cambio de "supuesta seguridad".
"Hemos cedido porque no hay respaldo de la Marina. (...) No queda de otra (que pagar)", añade.
Las ventas de camarón crecieron de 3.190 millones de dólares en 2018 al techo de 7.289 millones en 2022, según el Banco Central.
De enero a julio de este año generaron 4.397 millones de dólares en ingresos para Ecuador.