Los socorristas luchan por hallar sobrevivientes tras ruptura de glaciar en India
Las operaciones de rescate en el norte de India continúan este martes para tratar de salvar a 34 personas atrapadas en un túnel bloqueado por toneladas de escombros tras la devastadora inundación, atribuida a la ruptura de un glaciar del Himalaya, que deja al menos 31 muertos y más de 170 desaparecidos.
"Han pasado 48 horas, es una carrera contra el reloj. Esperamos que sobrevivan, pero hasta ahora no hemos hecho ningún contacto hasta ahora", declaró este martes Vivek Sahai, un rescatista del ejército.
Dos días después de la catástrofe, que se habría producido por la ruptura de un glaciar debido al calentamiento climático, las búsquedas de supervivientes estaban en pleno apogeo en este valle siniestrado del estado de Uttarakhan, situado en la frontera indotibetana.
Puentes, carreteras, y dos centrales hidroeléctricas fueron destruidos.
La construcción de presas y el dragado del lecho de los ríos para extraer la arena destinada a la industria de la construcción son otras de las hipótesis utilizadas para explicar el drama.
Los equipos de rescate están ayudado por helicópteros equipados con cámaras de alta tecnología y perros rastreadores.
La mayoría de los desaparecidos eran trabajadores de dos centrales eléctricas en Tapovan, de las cuales más de una treintena seguían atrapados el martes en un túnel en U de 2,7 kilómetros de longitud, ahora lleno de barro y escombros arrastrados por la inundación de 20 metros de altura.
Doce personas fueron rescatadas al final del túnel el domingo, pero otras 34 quedaron atrapadas en el otro extremo, declaró a la AFP Banudutt Nair, oficial de policía responsable de la operación de salvamento.
Cientos de obreros se han esforzado por despejar el túnel durante toda la noche de lunes hasta la mañana del martes. Lograron retirar escombros a lo largo de 120 metros. Los equipos de rescate "se preparan para entrar en el túnel tan pronto como cualquier movimiento en el interior sea posible", tuiteó el gobierno local.
"¡Váyanse, váyanse, váyanse"!"
"El trabajo durará día y noche. No habrá pausa", prometió el responsable local de los puentes y carreteras, AS Rathod.
Según Banudutt Nair, los rescatistas tienen la esperanza de que se hayan formado bolsas de aire en el interior del túnel, donde los trabajadores podrían haberse refugiado y mantenerse con vida.
Al caer la noche el lunes, gigantescos proyectores iluminaban la entrada mientras una enorme excavadora a duras penas se abría acceso en el barro. Los equipos de rescate procedieron a inspeccionar todo el lugar en busca de sobrevivientes o de cuerpos.
No lejos de ahí, trabajadores con la ayuda de otra excavadora trataban de retirar rocas que bloqueaban el acceso a la central hidroeléctrica de Rishi Ganga. Totalmente destruida, sólo queda de ella un terreno baldío cubierto de lodo. Cerca del sitio, un puente de cemento fue completamente arrasado.
Ramesh Negi, un comerciante, disfrutaba de un gran sol matutino el domingo cuando escuchó un ruido ensordecedor que venía con una inmenso torrente que se estrelló contra un puente, también borrado del mapa.
Decenas de obreros que construían una presa en el lecho del río, así como pastores con sus animales en las laderas de la montaña, fueron tragados por la avalancha, recuerda.
"Por todas partes, era polvo y gritos", cuenta a la AFP este hombre de 36 años. "Tratamos de alertar a los pastores, pero fueron arrastrados por la fuerza del viento, antes de ser sumergidos por el agua y la nieve derretida. No podíamos predecir lo que pasó", agregó.
Mangra, un sobreviviente de 28 años, recuerda el fuerte rugido y los lamentos de los colegas en el túnel: "Váyanse, váyanse, váyanse".
El joven logró escapar corriendo con todas sus fuerzas, pero seis de sus amigos y vecinos de su pueblo están aún dentro. Frente al túnel, Mangra, con cortaduras y arañazos en las manos y las piernas, confiesa a la AFP: "Era como si la montaña se estrellara y la Tierra se moviera".