Segunda demanda judicial de Huawei contra la administración de Donald Trump
Huawei anunció el jueves una segunda demanda judicial contra la administración estadounidense, que excluyó al gigante chino de las telecomunicaciones de un fondo federal destinado al desarrollo de infraestructuras en el medio rural aduciendo supuestas razones de seguridad nacional.
En pleno choque comercial, tecnológico y diplomático entre Pekín y Washington, Huawei denunció una decisión "ilegal" por parte de la administración Trump, que ve en el líder mundial de los equipos 5G un caballo de Troya del régimen chino.
"Huawei es una empresa china. Es la única excusa" de Washington para perseguir al grupo, denunció ante la prensa el jefe de los servicios jurídicos del gigante de las telecomunicaciones, Song Liuping.
En una rueda de prensa en la sede del grupo en Shenzhen, en el sur de China, Song anunció que habían presentado una denuncia en Estados Unidos contra su decisión de apartarlos de un fondo federal destinado a desarrollar las infraestructuras de telecomunicaciones en zonas rurales.
Washington sospecha que tanto Huawei como ZTE, otra empresa china, podrían espiar para Pekín, por lo que fueron dejados al margen, el mes pasado, de un fondo de 8.500 millones de dólares gestionado por la Federal Communications Commission (FCC).
Alegando "una amenaza para la seguridad nacional", la comisión federal de comunicaciones prohibió a los operadores de telecomunicaciones estadounidenses que recurran a su Fondo de Servicio Universal (USF) para financiar equipos de las dos empresas chinas.
Asimismo, propuso "exigir a las empresas que reciban fondos del USF [...] que retiren y sustituyan los equipos y servicios" proporcionados por Huawei y ZTE.
El presidente de la FCC, Ajit Pai, justifico su decisión señalando que Huawei y ZTE "tienen estrechos vínculos con el gobierno comunista y el aparato militar chino".
Lista negra
Huawei, segunda empresa mundial de telefonía móvil, está en el centro del enfrentamiento tecnológico entre China y Estados Unidos. Sobre todo porque el grupo, fundado por un exingeniero del ejército chino, Ren Zhengfei, está considerado como un actor ineludible en la provisión de equipos 5G, la quinta generación del internet móvil.
Song consideró que la decisión de la FCC no establecía que la empresa china constituyera una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.
"Vetar a una empresa como Huawei [...] no resuelve las cuestiones de ciberseguridad", declaró.
Huawei ya presentó una denuncia en marzo en Estados Unidos contra la ley de finanzas del departamento de Defensa estadounidense, que prohíbe a las administraciones comprar equipos o contratar servicios del gigante chino.
El departamento de Comercio, además, incluyó en mayo a Huawei y a sus filiales en una lista negra de empresas a las que se les prohíbe hacer negocios con compañías estadounidenses.
Esto supuso un duro golpe para Huawei, que depende de la tecnología estadounidense para sus teléfonos inteligentes, sobre todo el sistema operativo Android, de Google.
Pero también fue un golpe para las empresas estadounidenses, que tienen en Huawei un importante cliente, o para los operadores que cuentan con sus equipos para poner en marcha el 5G.
A causa de ello, la administración Trump indicó el mes pasado que había empezado a aprobar, por casos, que algunas empresas estadounidenses puedan vender componentes a Huawei, siempre y cuando estas exporten productos que no sean susceptibles de poner en riesgo la seguridad nacional.
Por su parte, ZTE rozó la quiebra el año pasado después de que se prohibiera a algunas empresas estadounidenses que comerciaran con esa compañía a causa de sus relaciones con Irán y Corea del Norte, por lo que quedó sin acceso a unos componentes vitales para su producción. Pero, más tarde, Donald Trump dio marcha atrás y permitió que ZTE retomara sus importaciones, eso sí, bajo estrictas condiciones.