A punto los desfiles del carnaval de Rio para encandilar al mundo
Carnaval de Rio
Rio de Janeiro, Brasil/Rio de Janeiro se sumerge este domingo en su ritual más esperado, cuando muestra al mundo que su carnaval no tiene parangón y hace temblar de euforia el Sambódromo durante dos días de desfiles de sus "escolas".
Después de un año entero de arduo trabajo y ensayos técnicos, cada una de las doce escuelas competidoras espera convencer al jurado de que es la mejor en el arte de sambar.
En los barracones, los grandes talleres donde se confeccionan los elaboradísimos atuendos de raso y lentejuelas y los impresionantes carros alegóricos, los nervios están a flor de piel.
"Aquí lo llamamos TPC, 'tensión precarnaval'", contó a la AFP Pedro Gaspar, un bailarín o "passista" de la escuela Unidos de Vila Isabel.
Aunque en estos días Brasil no suele pensar en otra cosa, este año las imágenes de los últimos preparativos cedieron espacio a la operación policial de la que fue objeto el jueves el expresidente Jair Bolsonaro.
Las autoridades intentan determinar si el ultraderechista participó en un plan de intento de golpe de Estado, supuestamente preparado antes de las elecciones de octubre de 2022, cuando perdió frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
Pero un expresidente en problemas no es suficiente para aguar la mayor fiesta carioca.
Toma de poder con alegría
Como dicta la tradición, el carnaval quedó oficialmente inaugurado el viernes, cuando el alcalde Eduardo Paes entregó simbólicamente la llave de la ciudad al Rey Momo, que debe "gobernar" durante estos días de realidad paralela que supone el carnaval.
"Una toma de poder realizada con esta alegría, con esta energía y con todo este amor, característicos del pueblo brasileño y del pueblo de Rio, será siempre muy bienvenida en este país", dijo Paes.
Se espera que 70.000 personas abarroten el Sambódromo. Esta mole de concreto proyectada por el arquitecto Oscar Niemeyer en el centro de Rio, con una pasarela de 700 metros flanqueada por gradas, celebra este año su 40 aniversario.
Cada escuela cuenta con unos 3.000 participantes entre músicos, bailarines, reinas y otros personajes, y dispone de entre 60 y 70 minutos para dar lo mejor de sí.
El estruendo de la música y el canto se escucha en cientos de metros a la redonda hasta el alba.
La batería y la samba compuesta especialmente para la ocasión son dos de los aspectos que evalúan los 36 miembros del jurado.
El espectáculo, detrás del cual hay invertidos millones de dólares, atrae a miles de turistas y locales, que apoyan con devoción total a sus "escolas" preferidas.
El "enredo" y los yanomamis
En el "enredo", la línea narrativa de sus desfiles, las escuelas hacen reivindicaciones históricas, evocando por ejemplo los sinsabores de la esclavitud o las luchas para abolirla.
También abordan temas actuales.
"Las escuelas de samba están atentas al escenario social y político, y aprovechan su espacio, la hora que pasan en la Avenida Sapucaí (el Sambódromo), para hablar de estos problemas", explica a la AFP Vivian Pereira, investigadora del grupo independiente Quilombo do Samba.
Salgueiro, una de las seis agrupaciones que desfila este domingo, dedica este año su "enredo" al coraje del pueblo yanomami, cuyo territorio en el estado amazónico de Roraima (norte) sufre la depredación de buscadores de oro ilegales, los garimpeiros.
La crisis humanitaria en esta comunidad llevó hace un mes al gobierno del presidente Lula a anunciar el despliegue de forma permanente de las fuerzas de seguridad.
Con la atención de millones de espectadores de todo el planeta, qué mejor palestra para denunciar la degradación y deforestación de la Amazonía.
Baño de repelente
Esta edición tendrá también unos visitantes incómodos: los mosquitos. Una proliferación inusual del Aedes aegypti que transmite el dengue tiene a varias regiones brasileñas en alerta. Sao Paulo y Rio de Janeiro entre ellas.
En las primeras cinco semanas del año, se registraron en Brasil cuatro veces más casos que en el mismo periodo de 2023.
Mientras el ministerio de Salud inició el viernes una campaña de vacunación, la primera gratuita del mundo, en las entradas del Sambódromo habrá personal rociando repelente para proteger y permitir que se disfrute en paz (y sin picazón) de los desfiles.