Papa recibe a sudanesa condenada a muerte
El Papa Francisco recibió en la residencia de Santa Marta a la joven sudanesa cristiana condenada a muerte por haberse negado a convertirse al islam.
El pontífice habló con Meriam Yahia Ibrahim Ishag por una media hora durante la cual le ha agradecido su "testimonio" y su "constancia".
La mujer, que llegó con su familia, por su parte, le ha devuelto el agradecimiento al pontífice por el "gran apoyo" sentido a través de las oraciones "del Papa y de tantos otros creyentes", según un comunicado del Vaticano.
Meriam Yahia Ibrahim Ishag, acompañada por su marido y sus dos hijos, llegó a Roma el jueves, donde pasará unos días antes de ir a Estados Unidos, donde vivirá.
El avión de la República Italiana a bordo del que viajaba aterrizó el jueves por la mañana en el aerouperto militar Roma-Ciampino.
Los cuatro miembros de la familia estarán varios días en Roma antes de volar a Estados Unidos, ya que el marido de Ishag, Daniel Wani, era un residente en Estados Unidos de origen sursudanés.
El jefe del Gobierno italiano, Matteo Renzi, acompañado de su esposa y la ministra de Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, les dio la bienvenida al bajar del avión, saludando un día "de alegría".
Desde finales de junio, Ishag y su familia estaban refugiados en la embajada americana, tras intentar viajar a Estados Unidos. En la embajada de Italia en Jartum, una fuente explicó a AFP que esta "repatriación" se explica como un "gesto de amistad y confianza" de Sudán a Italia, precisando que también habían cooperado los servicios americanos.
El departamento de Estado americano confirmó el jueves que la familia Ishag podría viajar sin problema a Estados Unidos, teniendo todos los documentos "necesarios" para entrar en el país, según su portavoz adjunta, Marie Harf.
Al bajar del avión, Ishag, que tenía buen aspecto, no ha hecho declaraciones. Su marido ha necesitado una silla de ruedas para moverse.
Desde comienzos de julio, Meriam Yahia Ibrahim Ishag es objeto de un nuevo proceso judicial en Sudán iniciado por personajes que afirman ser sus familiares, también en el origen de la primera demanda contra ella.
Nacida de padre musulmán y madre cristiana ortodoxa, que la educó en su religión tras la marcha de su padre cuando ella tenía cinco años, Ishag se convirtió al catolicismo justo antes de casarse con su marido cristiano a finales de 2011, según el arzobispado católico de Jartum.
Ella se negó a rechazar su fe cristiana en beneficio del islam ante el tribunal que el 15 de mayo pasado la condenó a muerte, condena pronunciada en virtud de la ley islámica, en vigor en Sudán, que prohíbe las conversiones.
Dicha condena fue anulada en una apelación el 23 de junio, después de que el asunto desatara un clamor internacional a favor de la joven.
Madre de un niño de 20 meses, Ishag dio a luz a finales de mayo a una niña mientras estaba en prisión.
También fue condenada a cien latigazos por "adulterio", porque, según la interpretación sudanesa de la 'charia', toda unión entre una musulmana y un no musulmán se considera adulterio.