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La hospitalización del papa Francisco de 88 años, aquejado por una neumonía bilateral, trajo consigo muchas interrogantes, entre ellas el nuevo rito de las exequias de un pontífice, tras las modificaciones que él mismo aprobó.
La Oficina para las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice editó y publicó la segunda edición típica del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, que fue aprobado por Francisco el 29 de abril de 2024.
El texto introduce novedades como la constatación de la muerte, ya no en la habitación del papa, sino en la capilla; la deposición inmediata dentro del ataúd; la exposición a la veneración de los fieles del cuerpo del pontífice dentro del ataúd abierto y se elimina la tradición de los tres féretros [ciprés, plomo y roble].
Se trata de una nueva edición de la editio typica del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis que fue aprobada en 1998 por san Juan Pablo II y publicada en el año 2000. El anterior texto se usó en los funerales de san Juan Pablo II en 2005 y de Benedicto XIV en 2023.
En varias ocasiones el papa Francisco pidió simplificar y adaptar algunos ritos para que las exequias del “Obispo de Roma expresaran mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”, según declaraciones del arzobispo Diego Ravelli, maestro de las Celebraciones Litúrgicas de los Pontífices, que cita en una nota Vatican News.
Con la renovación del rito se subraya que las exequias del papa son las de un pastor y discípulo de Cristo y “no las de un poderoso hombre de este mundo”.
Se mantienen las tres “estaciones” clásicas que se distribuyen así: el domicilio del difunto, la Basílica Vaticana y el lugar de la sepultura.
Otra de las novedades se centra en simplificar los títulos pontificios y los términos usados, que deben ser: papa, obispo de Roma y pastor.
Primera estación: la casa del difunto, donde se constata la muerte en la capilla, en lugar de la habitación.
La deposición del cuerpo en el ataúd de madera con el interior de zinc se hará inmediatamente antes de ser trasladado a la basílica. Anteriormente se trasladaba de la capilla del Palacio Apostólico porque allí residía el pontífice, pero Francisco reside en la Casa Santa Marta.
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Segunda estación: “En la Basílica Vaticana” se contempla el único traslado a San Pedro, el cierre del féretro y la misa de las exequias. El cuerpo del papa se expone directamente en el féretro y ya no en un féretro alto o catafalco. Conforme a lo establecido en el Caeremoniale Episcoporum para las exequias de los obispos diocesanos, durante esta exposición no se colocará el báculo papal junto al féretro.
Tercera estación: el lugar de sepultura, el traslado del féretro al sepulcro y el entierro del papa, que sufrió la simplificación tras la eliminación de los tres féretros (ciprés, plomo y roble). Otra de las novedades es la posibilidad de un entierro en un sitio diferente a la Basílica Vaticana.
Lo anterior, porque el papa Francisco ha expresado que quiere ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, fuera del Vaticano.
Se mantiene la figura del camarlengo de la Iglesia católica, que es un cardenal encargado de administrar los bienes y los ingresos de la Santa Sede y el gobernador temporal de la Ciudad del Vaticano cuando el papado entra en sede vacante por la muerte o renuncia de un pontífice. Actualmente, el camarlengo es el cardenal Kevin Farrell.
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Con datos del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis y Vatican News