Pakistán despide a la adolescente asesinada en el tiroteo de EEUU
Familiares y allegados despidieron hoy en Karachi, en el sur de Pakistán, a la joven de 17 años que murió la semana pasada en un tiroteo en un colegio de Texas (EEUU), donde participaba en un programa de intercambio que estaba a días de finalizar.
El ataúd de Sabika Sheikh envuelto en una bandera paquistaní fue llevado en hombros hasta el parque Hakeem Saeed de su ciudad natal. donde se celebró una ceremonia de rezo en la que participaron unas 1.000 personas, informaron fuentes policiales a Efe, que prefirieron mantener el anonimato.
Al acto acudieron el jefe de la provincia de Sindh, de la que Karachi es la capital, Murad Ali Shah, y el gobernador provincial, Mohamed Zubair, además, del embajador estadounidense en Pakistán, David Hale, entre otros.
Más tarde, la joven fue enterrada en el cementerio de Azeempura, junto a las tumbas de sus abuelos.
Sheikh y otros ocho estudiantes murieron en un tiroteo el viernes en una escuela de Santa Fe, en Houston, en el que además murió un profesor y diez personas resultaron heridas.
El ataque fue llevado a cabo por un joven de 17 años que portaba una escopeta y un revólver.
La joven se encontraba en Estados Unidos desde agosto del año pasado y estaba a días para regresar a Pakistán tras participar en el programa Estudio e Intercambio Juvenil, un plan de intercambio anual por el que alrededor de 80 estudiantes paquistaníes cada año viajan a Estados Unidos.
A pesar de la tragedia, el padre de la joven afirmó tras el funeral que mandaría a sus otros tres hijos a Estados Unidos a estudiar para que pudiesen recibir una educación.
"Si nos asustamos por estos incidentes y no dejamos que nuestros hijos reciban una educación promoveremos la agenda de quienes no quieren que nuestros hijos reciban una educación", dijo Aziz Sheikh a periodistas.
El cuerpo de la estudiante llegó de madrugada al aeropuerto de Karachi, donde esperaba el cónsul en funciones de Estados Unidos en la ciudad, John Warner.
Según la investigación, la matanza fue llevada a cabo por el joven de 17 años Dimitrios Pagourtzis, estudiante del centro y quien obtuvo las armas del arsenal que su padre guardaba en el domicilio familiar.