Países alcanzan acuerdo histórico sobre biodiversidad en COP15
COP15
Montreal, Canadá/Los países adoptaron el lunes un acuerdo histórico para revertir décadas de destrucción ambiental que amenaza las especies y los ecosistemas del mundo en una maratónica cumbre de biodiversidad de la ONU.
Cuatro años después del último acuerdo y tras casi dos semanas de intensas y difíciles negociaciones, los miembros del Convenio sobre la Diversidad Biológica aprobaron un marco de acción propuesto por China, el país que preside la cita, con la única oposición de la República Democrática del Congo.
"El acuerdo es aprobado", dijo el ministro chino de Medio Ambiente, Huang Runqiu, al golpear su martillo en una sesión plenaria que se extendió hasta la madrugada en Montreal, Canadá, un anuncio que fue recibido con una ovación.
El Acuerdo de Kunming-Montreal es una hoja de ruta que apunta a proteger las tierras y los océanos y evitar la extinción masiva de especies por la contaminación acelerada.
El texto establece proteger el 30% del planeta para 2030 y proveer 30.000 millones de dólares en ayuda anual para los esfuerzos de conservación de los países en desarrollo.
"Juntos hemos dado un paso histórico", dijo Steven Guilbeault, el ministro de Medio Ambiente de Canadá, país coanfitrión de la cumbre.
La creación de áreas protegidas en al menos el 30% de las tierras y las aguas del planeta, el más conocido de los 23 objetivos, ha sido descrito como el equivalente para la biodiversidad del objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C, recogido en el Acuerdo de París sobre el clima de 2015.
En la actualidad, 17% de la tierra y 8% de los mares están protegidos.
El proyecto menciona el resguardo de los pueblos indígenas, guardianes del 80% de la biodiversidad de la Tierra, una demanda ampliamente reclamada por representantes de estas comunidades en la cumbre.
En cuanto al financiamiento, el asunto más áspero durante estos días, el texto aprobado propone alcanzar "al menos 20.000 millones de dólares" en ayuda internacional anual para la biodiversidad para 2025 y "al menos 30.000 millones para 2030".
"No será suficiente"
"La mayoría de la gente dice que es mejor de lo que esperábamos en ambos lados, tanto para los países ricos como para los países en desarrollo. Esa es la señal de un buen texto", dijo a la AFP Lee White, ministro de Medio Ambiente de Gabón.
"Los alces, las tortugas marinas, los loros, los rinocerontes, los helechos raros se encuentran entre el millón de especies cuyas perspectivas futuras mejorarán significativamente" gracias a este pacto, agregó Brian O'Donnell, de la ONG Campaign for Nature.
Este texto es "un importante paso adelante en la lucha por proteger la vida en la Tierra, pero no será suficiente", dijo a la AFP Bert Wander, de la ONG Avaaz.
"Los gobiernos deberían escuchar lo que dice la ciencia y aumentar rápidamente sus ambiciones de proteger la mitad de la Tierra para 2030", añadió.
En efecto, los científicos advierten que el tiempo apremia: el 75% de los ecosistemas están alterados por la actividad humana y más de un millón de especies están en peligro de extinción.
El pacto anterior de una década, suscrito en Japón en 2010, no logró casi ninguno de sus objetivos, en especial por la falta de mecanismos de aplicación y monitoreo.
Tensiones por el financiamiento
Las conversaciones sobre los fondos disponibles llevaron las tensiones a su punto máximo en el transcurso de la COP15.
Hasta el último minuto, representantes de China seguían tratando de convencer a los últimos países que se mantenían reacios a aceptar la oferta financiera del texto preliminar, en especial varios Estados africanos.
Con Brasil a la cabeza, decenas de países del Sur pedían a los del Norte, a los que acusan de haberse enriquecido a costa de sus recursos, que se comprometieran con 100.000 millones de dólares al año para conservación.
Esto representa diez veces la ayuda actual para la biodiversidad.
Además de los subsidios, los países en vías de desarrollo también trataron de lograr la creación de un fondo global dedicado a la biodiversidad como el aprobado en noviembre en Egipto para ayudarlos a hacer frente a los daños climáticos.
En su lugar, China estableció como compromiso consagrar a la biodiversidad a partir de 2023 parte del actual Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), cuyo funcionamiento actual es considerado muy deficiente por los países del Sur.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Biodiversidad de Montreal adoptó este lunes el principio de un "marco global para la biodiversidad", una hoja de ruta de 23 objetivos para intentar frenar la destrucción de la naturaleza para 2030.
Se aprobaron también otros cinco textos destinados a hacer que este marco sea aplicable, medible, efectivo y, sobre todo, para establecer los mecanismos para financiar los esfuerzos que requieren los países en desarrollo.
30% del planeta protegido
Es el objetivo clave del texto: "Que, para 2030, al menos el 30% de áreas terrestres y de aguas continentales, costeras y marinas (...) estén efectivamente conservadas y gestionadas".
Esto se hará "a través de sistemas de áreas protegidas ecológicamente representativas, bien conectadas y gestionadas equitativamente" y "asegurando que cualquier uso sostenible (...) sea plenamente compatible con los objetivos de conservación".
El objetivo es por tanto global y no nacional, lo que implica que unos hacen más que otros, o hacen más en la tierra que en el mar.
Ese 30% es un mínimo para científicos y ONG, muchos de los cuales estiman que sería necesario un 50%.
En la actualidad, el 17% de la tierra y el 8% de los mares están protegidos.
Ayuda internacional triplicada
Las negociaciones estuvieron marcadas por una larga pulseada entre el bloque de países ricos y el de países en desarrollo: más ambiciones de preservación a cambio de más subvenciones internacionales, y viceversa.
Al final, el texto aprueba el objetivo de que los países ricos proporcionen "al menos USD 20.000 millones anuales para 2025, y al menos USD 30.000 millones anuales para 2030", es decir, aproximadamente el doble y el triple de la ayuda internacional actual para la biodiversidad
La novedad es que este compromiso recae en "los países desarrollados, y en los países que asumen voluntariamente obligaciones de países desarrollados" miembros del Convenio de Diversidad biológica (CDB).
Esta formulación posibilita la inclusión de Estados Unidos, que no es signatario del CDB, y abre el camino a la integración de China o los Estados árabes entre los donantes, como espera la Unión Europea.
Restaurar el 30% de la tierra degradada
Un tercio de las tierras está "moderada o fuertemente degradada" por la actividad humana, según la Agencia de Alimentos de la Naciones Unidas.
Para frenar el deterioro, el texto prevé que "para 2030 al menos el 30% de las áreas degradadas de ecosistemas terrestres, de aguas continentales, costeros y marinos sean objeto de restauración efectiva".
Reducir los pesticidas
Los pesticidas fueron otro tema espinoso que enfrentó a la Unión Europea y países como Brasil, India e Indonesia.
Al final, el acuerdo prevé "reducir los riesgos de contaminación y el impacto negativo de la contaminación de todas las fuentes, para 2030, a niveles que no sean perjudiciales para la biodiversidad".
Para lograrlo, los signatarios deben "reducir al menos a la mitad el riesgo general de los plaguicidas y productos químicos altamente peligrosos", especialmente para la lucha contra los parásitos, teniendo en cuenta la seguridad alimentaria y los medios de subsistencia.
Los países deben igualmente "prevenir, reducir y trabajar en la eliminación de la contaminación plástica".
Marco de implementación
Casi ningún objetivo fijado en el anterior acuerdo, en 2010 en Aichi (Japón), se había cumplido al final de su vigencia, en 2020.
Para no repetir errores, los países han adoptado un mecanismo común de planificación y seguimiento, con indicadores precisos. Y una posible revisión de las estrategias nacionales, si los países no están en el camino correcto.
Pero el texto es menos restrictivo que el del acuerdo climático de París.
Reparto de ganancias
El acuerdo nunca hubiera sido aprobado sin avanzar sobre una "injusticia" esgrimida por muchos países del Sur: la ausencia de reparto de las ganancias obtenidas en el Norte con medicamentos o productos cosméticos derivados de sus recursos biológicos.
Estos recursos se han convertido en miles de millones de datos genéticos digitalizados que benefician casi exclusivamente la investigación y la economía de los países ricos.
El texto prevé establecer "un mecanismo mundial de reparto de los beneficios del uso de la información de secuencias digitales (ISN/DSI, en inglés) de los recursos genéticos, incluido un fondo multilateral".