La ONU alerta del recrudecimiento de la guerra libia por el apoyo extranjero
La ONU alertó este martes del recrudecimiento de la guerra en Libia y subrayó que la "entrada masiva" en el país de armas, equipos y mercenarios procedentes del extranjero en apoyo de ambos bandos amenaza con agravar aún más el conflicto y dejar consecuencias devastadoras.
"Justo cuando creemos que se ha tocado fondo en Libia, de alguna manera logramos alcanzar nuevas cotas de violencia, crueldad e impunidad", lamentó la enviada especial en funciones para el conflicto, Stephanie Williams, en una intervención ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,.
Williams denunció la reciente escalada de las hostilidades y el aumento "sin precedentes" de los ataques indirectos contra áreas urbanas.
"Creo que hemos alcanzado otro punto de inflexión en el conflicto", señaló la diplomática, que ocupa de forma temporal el cargo abandonado a principios de marzo por Ghassan Salamé, que renunció por motivos de salud tras más de dos años tratando de mediar entre las partes.
Según Williams, dada la "entrada masiva de armamento, equipamientos y mercenarios para los dos bandos, la única conclusión que se puede sacar es que esta guerra va a intensificarse, ampliarse y profundizarse con consecuencias devastadoras para los libios".
"A medida que aumenta la intervención extranjera, los propios libios se pierden en la situación, sus voces se silencian", lamentó.
Desde que en abril de 2019 el mariscal del Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este de Libia y hombre fuerte del país, lanzase una ofensiva contra la capital, la guerra civil se ha tornado en un conflicto multinacional privatizado sin Ejércitos, librado por milicias locales y mercenarios extranjeros contratados por ambas partes.
Hafter, un antiguo miembro de la cúpula golpista que alzó al poder a Muamar Al Gadafi -y que años después, reclutado por la CIA se convirtió en su principal opositor en el exilio- cuenta con el apoyo de Jordania, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos -que le proporcionan apoyo financiero y militar- y de Rusia y Sudán, que le proporcionan mercenarios.
Del otro lado, el llamado Gobierno de Acuerdo Nacional, sostenido por la ONU tras su fallido plan de paz, cuenta con el respaldo político y económico de Catar e Italia, y el militar de Turquía, único país que ha enviado tropas al país y que le facilita la llegada de mercenarios sirios.
"Seguimos viendo un alarmante crecimiento militar como resultado de la entrega ininterrumpida, por parte de apoyos extranjeros, de armas cada vez más sofisticadas y letales, sin mencionar el reclutamiento de más mercenarios para ambos bandos del conflicto", denunció Williams.
Ese suministro de armamento se produce a pesar de que el Consejo de Seguridad de la ONU tiene impuesto un embargo de armas sobre el país desde hace años.
Según Naciones Unidas, esas nuevas armas -que incluyen drones y sistemas antiaéreos- están siendo utilizadas de manera continúa, en medio de la contraofensiva lanzada por milicias afines al Gobierno de Acuerdo Nacional, que en los últimos días han recuperado varios puntos estratégicos.
Las hostilidades, subrayó la diplomática, han disparado el número de bajas civiles, con al menos 58 muertos y 190 heridos entre el 1 de abril y el 18 de mayo, la gran mayoría causadas por ataques de las fuerzas de Hafter.
El conflicto, sumado a la crisis económica, hace que un millón de personas necesiten asistencia humanitaria, entre ellos unos 645,000 migrantes, refugiados y demandantes de asilo que se encuentran en el país.