Obama pide comicios libres en Birmania
El presidente de EEUU, Barack Obama, pidió este viernes elecciones "libres y equitativas" en Birmania, acompañado por la dirigente opositora Aung San Suu Kyi, y apoyó la pedido de éste de cambiar la Constitución que le impide ser presidenta.
Obama lanzó este llamamiento durante una rueda de prensa conjunta en Rangún, cuando falta un año para las elecciones legislativas previstas a fines de 2015 y la transición democrática tropieza con varios obstáculos.
Suu Kyi, quien actualmente no puede ser presidenta debido a la Constitución elaborada en la época de la junta militar birmana, pidió "un sano equilibrio entre optimismo y pesimismo" para su país, en plena transición.
La Premio Nobel de la Paz, cuyo partido, la Liga Nacional para la Democracia, espera ganar por amplio margen las elecciones en 2015, afirmó que la Constitución de Birmania es "injusta y antidemocrática" después de reunirse con el presidente norteamericano en su casa de Rangún. "La gente comprende que es injusta y antidemocrática", afirmó Suu Kyi, agregando que "no es justo discriminar a un ciudadano en particular".
Suu Kyi, quien ha declarado públicamente que desea ser presidenta, no puede ser candidata debido a una cláusula constitucional que descarta de la jefatura del Estado a cualquier persona que tenga un cónyugue o hijos extranjeros. El difunto esposo y los dos hijos de la líder opositora son británicos. Ella pide una enmienda de la Constitución.
Obama declaró por su parte que la democratización en Birmania no estaba "terminada, ni era irreversible". El jueves, Obama se entrevistó con el presidente birmano, Thein Sein, en Naypyidaw y manifestó un prudente optimismo respecto a los cambios políticos y económicos. Obama dedicó más tiempo a la entrevista con Suu Kyi que al presidente, lo que prueba la importancia política de la líder opositora.
Al igual que hace dos años, en noviembre de 2012, los dos premios Nobel de la Paz eligieron como lugar de encuentro el domicilio de la ícono de la democracia, un lugar emblemático donde ella pasó varios años en prisión domiciliaria antes de la autodisolución, en 2011, de la junta militar que estuvo en el poder durante medio siglo.
Entre la primera y la segunda visita de Obama a Birmania, se acumularon nubes negras encima de la transición, entre ellas la violencia contra la minoría musulmana, la ley electoral para las legislativas y las amenazas contra la libertad de prensa.
Pocos días antes de la llegada de Obama, Suu Kyi declaró que el proceso de transición se había "trancado". Suu Kyi, 69 años, debe cumplir con éxito la difícil transformación de icono pacifista adulada en el mundo al de una mujer política capaz de dominar los sobresaltos del proceso democrático.
Por otra parte, Obama dijo que estaba atento a la forma en que son tratadas las minorías, aunque sin mencionar el nombre de los rohingyas, considerados por la ONU como una de las minorías más perseguidas en el mundo. Hasta ahora, Aung San Suu Kyi se mostró extremadamente discreta sobre ese tema.
Según Ernest Bower, del Center for Strategic and International Studies de Washington, la Casa Blanca busca establecer un sutil equilibrio en Birmania. "No concibe que las reformas democráticas se queden a medio camino" pero al mismo tiempo reconoce que "hay que ser pragmáticos con respecto a la cantidad de cambios que el país puede absorber en determinado tiempo", dijo Bower.