El Servicio Secreto, una fuerza de seguridad sin derecho al error
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Donald Trump elogió el domingo el trabajo del Servicio Secreto en su campo de golf de Palm Beach (Florida) pero sus aliados republicanos deploraban que el dispositivo de seguridad para él no se haya elevado al mismo nivel que el de un presidente en ejercicio.
El Servicio Secreto, encargado de proteger a las personalidades estadounidenses, parece haber evitado el segundo intento de asesinato de Donald Trump en dos meses, pero sigue en la línea de fuego de las críticas.
Debilitado
El 13 de julio el expresidente y candidato republicano a la Casa Blanca resultó herido en una oreja durante un mitin en Pensilvania (noreste) por disparos de un hombre.
Diez días después, la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, dimitió tras verse obligada a admitir su responsabilidad en el "mayor fracaso operativo" de la agencia "en décadas".
Al menos cinco de sus agentes fueron puestos en excedencia forzosa.
Estas medidas disciplinarias y la apertura de investigaciones internas e independientes no calmaron el enfado de las voces más críticas, sobre todo porque la azotea desde donde el hombre disparó estaba fuera del perímetro duro establecido por el Servicio Secreto.
Donald Trump elogió el domingo el trabajo del Servicio Secreto en su campo de golf de Palm Beach (Florida) pero sus aliados republicanos deploraban que el dispositivo de seguridad para él no se haya elevado al mismo nivel que el de un presidente en ejercicio.
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"Las autoridades acaban de reconocer que si el presidente Trump fuera presidente harían más para protegerle. Eso tiene que cambiar", afirmó el congresista Steve Scalise, en la red social X.
"Ha habido dos intentos de asesinato contra el señor Trump. El Servicio Secreto debe elevar su nivel de protección a sus máximas capacidades -incluyendo la ampliación del perímetro" de seguridad a su alrededor, añadió.
Donald Trump "no es el presidente en ejercicio. Si lo fuera, habríamos rodeado completamente el campo de golf" donde jugaba, explicó el domingo el sheriff del condado de Palm Beach, Ric Bradshaw.
"Pero como no lo es, la seguridad se limita a los lugares elegidos por el Servicio Secreto", que "hizo exactamente lo que tenía que hacer", ha dicho.
Tras el fallido asesinato del 13 de julio, el Servicio Secreto adaptó su sistema de vigilancia haciendo un mayor uso de drones, explicó en agosto su director en funciones, Ronald Rowe.
"Ayer fue un movimiento confidencial, y ni siquiera se suponía que el presidente fuera a ir allí, no estaba en su agenda oficial. Así que armamos un plan de seguridad y ese plan de seguridad funcionó a la perfección", dijo Rowe este lunes y añadió que Ryan Routh "no disparó" contra Trump ni contra los agentes de seguridad.
El lunes el presidente demócrata Joe Biden pidió "más ayuda" y "personal" para el Servicio Secreto, que tiene que hacer frente a multitud de tareas, e instó al Congreso a desembolsar recursos adicionales.
Protección de por vida
El Servicio Secreto protege de por vida a los presidentes y vicepresidentes, en ejercicio y después de sus mandatos, y a los principales candidatos a estas funciones, así como a los hijos de los expresidentes hasta los 16 años.
Sólo el presidente y el vicepresidente están obligados a aceptar esta protección.
En cuanto a los expresidentes y sus cónyuges, el nivel de protección y, en consecuencia, el número de agentes asignados a ellos, varía según la evaluación de la amenaza, pero tiende a disminuir con el tiempo.
Sus agentes también garantizan la seguridad de jefes de Estado y de gobierno extranjeros en visitas oficiales o en grandes acontecimientos nacionales o internacionales en Estados Unidos.
Origen y efectivos
Cuenta con unos 3.200 agentes especiales, conocidos en todo el mundo por sus gafas oscuras, auriculares y trajes, 1.300 uniformados y más de 2.000 técnicos y administrativos.
Fue creado inicialmente para luchar contra la falsificación de moneda pero después del asesinato del presidente William McKinley en 1901 se le confió la protección del presidente, el vicepresidente y sus familias, tanto en Estados Unidos como en el extranjero.
De acuerdo con su misión principal, el Servicio Secreto protege el sistema financiero y monetario estadounidense contra el fraude financiero y electrónico y la falsificación de moneda y tarjetas bancarias.
El Servicio Secreto formó parte del Departamento del Tesoro desde su creación en 1865 hasta que en 2003 pasó a depender del Departamento de Seguridad Interior (DHS).