"Algo está profundamente mal", dice Hillary Clinton sobre tiroteos en EEUU
Hillary Clinton reiteró este viernes un llamado a reformar el acceso a armas en Estados Unidos, al señalar que el asesinato esta semana de dos periodistas en Virginia (este) durante una transmisión en directo muestra que "algo está profundamente mal" en el país.
Ante la reunión del Comité Nacional Demócrata, la candidata favorita a las primarias de ese partido arremetió contra sus rivales republicanos por oponerse a medidas que ella espera puedan reducir las muertes por armas de fuego en el país.
"Nadie se está levantando a decir lo que todos sabemos que es verdad: necesitamos poner fin a la violencia con armas que afecta a nuestras comunidades", dijo la también exjefa del departamento de Estado, aplaudida efusivamente.
"Después de los terribles eventos del miércoles, con dos periodistas asesinados en directo en televisión, más un policía asesinado en Luisiana, y muchas más pérdidas a diario en una carnicería que pasa desapercibida a través de nuestro país, no sé cómo nadie llega a la conclusión de que algo está profundamente mal", expresó.
Estados Unidos tiene más armas de fuego en manos privadas per capita que ningún otro país del mundo, así como el mayor número de muertes con armas entre las naciones desarrolladas.
Después de que un hombre trastornado usara un rifle semiautomático para matar a 20 niños y seis adultos en una escuela a finales de 2012, los demócratas introdujeron en el Congreso una legislación para ampliar los controles de antecedentes de los compradores de armas.
Pero la medida, así como una prohibición sobre las armas de asalto, fue rechazada por el partido republicano y algunos congresistas demócratas de distritos conservadores.
"Creo que podemos tener reformas sobre las armas con sentido común y mantener las armas fuera de las manos que no deberían tenerlas", agregó Clinton.
Varios candidatos republicanos a las primarias presidenciales han denunciado los tiroteos en Virginia, pero han evitado pronunciarse en contra de restringir el derecho constitucional de los estadounidenses para portar armas.