Entre pandemia y elección, un Halloween ultraespeluznante en EEUU

Entre pandemia y elección, un Halloween ultraespeluznante en EEUU / AFP
Afp
29 2020 - 08:21

Croton-on-Hudson, un pueblito soñoliento a una hora de Nueva York que ha prosperado gracias a una aterradora leyenda escrita hace 200 años, celebra su mayor fiesta anual, Halloween, con dosis extra de escalofríos entre pandemia y elección presidencial.

Halloween se ha tornado una verdadera industria en esta zona del valle del río Hudson que atrae cada octubre a más de 100.000 turistas de todo el mundo a raíz de "La leyenda de Sleepy Hollow", un cuento sobre un maestro supersticioso perseguido por un jinete sin cabeza publicado por Washington Irving en 1820 y llevado al cine varias veces, entre otros por Disney y Tim Burton.

Pero el coronavirus que ha matado a más de 226.000 estadounidenses sigue en alza y ha obligado a cancelar actividades de alto riesgo en el área, incluidas varias "mansiones encantadas" donde payasos maníacos o monstruos aterrorizan a visitantes en la oscuridad.

Croton-on-Hudson se aferra no obstante a su gran evento: el "Jack O'Lantern Blaze", con más de 7.000 calabazas talladas a mano que cobran vida cada noche en medio de un show de luces y sonido en los jardines de la tenebrosa mansión Van Cortlandt del siglo XVII.

"Estoy tan feliz de que esto se mantenga este año. Hay tantas cosas que los niños no han podido hacer, es bueno tener una tradición de Halloween en la cual podemos participar", dijo a la AFP Sarah Nocerino, de 36 años, madre de dos niñas, que cada año viaja desde Connecticut para asistir al evento.

"Halloween es Navidad aquí"

La capacidad ha sido reducida a 33%, y ya no se vende comida ni bebida. Pero los visitantes quedan estupefactos ante lo que puede hacerse con calabazas: desde una inmensa estatua de la Libertad hasta un carrusel con esqueletos de caballos. Sin hablar del Museo del Arte de la Calabaza (MoPA), con "El grito" de Munch, La Gioconda y hasta un Banksy.

Este año hay menos turistas, y son mayormente locales debido al virus y la cuarentena impuesta por Nueva York a los visitantes de más de 40 estados.

"Adoptamos todas las precauciones para que sea una experiencia segura. ¡Y es muy bueno para levantar la moral!", dijo Rob Schweitzer, de Historic Hudson Valley, la organización sin fines de lucro a cargo del evento.

Cerca de Croton, en el cementerio de Sleepy Hollow, el sacristán de la iglesia Old Dutch Church finaliza un tour para un grupo de adolescentes.

"Halloween es Navidad aquí, es probablemente la mayor celebración pública", explicó a la AFP John Paine, de 54 años, frente a la tumba de Irving, entre robles y cipreses que perdían sus hojas ocres con el viento. La lápida fue reemplazada varias veces porque los fans del autor se roban trozos a martillazos.

En 1996, tras el cierre de una planta de General Motors, el pueblo de North Tarrytown votó por convertirse en Sleepy Hollow, y desde entonces aquí es Halloween todo el año.

El jinete sin cabeza es omnipresente y su perfil figura incluso en las ambulancias del pueblo. Los carros de bomberos y carteles callejeros son naranjas y negros.

La iglesia de 1685 que aparece en el cuento de Irving canceló este año la representación teatral de la leyenda, pero los tours por el cementerio a la luz de un farol siguen en pie.

Salem, Massachusetts, donde se celebraron hace más de 300 años los juicios por brujería, "es lo bastante grande como para hacer esto todo el año, nosotros tenemos nuestra chance cada octubre. Sería realmente una triste temporada si no tuviéramos calabazas y fantasmas y duendes y esqueletos", dijo Paine.

¿El mayor susto? Que la gente no vote

A días de una elección sumamente polarizada entre el presidente republicano Donald Trump y el demócrata Joe Biden, este Halloween ha adquirido un fuerte tinte electoral.

"¿Sabes lo que es más tenebroso que Halloween? Que la gente no vote", dice la fiscal general de Michigan, Dana Nessel, en un video en su cuenta de Twitter donde aparece con un terrorífico disfraz.

Hay incluso disfraces de voto por correo, y hasta una peluca del vicepresidente Mike Pence con mosca incluida, como la que se le posó en el cabello en el debate contra su rival demócrata Kamala Harris.

En algunos jardines las decoraciones son inspiradas por el covid-19, y los esqueletos llevan máscara.

De California a Massachusetts, varios estados desalientan que este 31 de octubre los niños pidan golosinas puerta a puerta, como ordena la tradición, pero no lo han prohibido.

Los Centros de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC, gubernamental) alertan de que es riesgoso, al igual que las fiestas de disfraces. Recomiendan que los dulces sean dejados lejos de la puerta, en bolsas individuales.

Nueva York reemplazó su enorme desfile de Halloween en el Village que atrae cada año a 60.000 personas con un show virtual de títeres a cargo de artistas de Broadway desempleados. Pero Croton-on-Hudson mantiene su "desfile de duendes" el 31, dijo a la AFP el alcalde Brian Pugh.

"Tras siete meses de pandemia, el golpe emocional del distanciamiento social ha afectado el ánimo de muchos", afirmó antes de desear a todos "un Halloween espeluznante pero seguro".

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