Entre las llamas de California, ricos y poderosos pagan por bomberos privados
Kris Brandini y su equipo recién regresan de cuatro días intensos e ininterrumpidos de lucha contra incendios en el oeste de Los Ángeles, pero su trabajo se limita a un listado de clientes poderosos y pudientes.
Comenzaron en el vecindario donde residentes ricos como el actor Arnold Schwarzenegger tuvieron que evacuar sus casas, para luego pasar al fuego que amenazaba la biblioteca presidencial Ronald Reagan, a más o menos una hora en auto.
Pero a diferencia del cuerpo de bomberos público, Brandini no protege cuantas casas sea posible, sino que se centra en las viviendas de quienes pagan por sus servicios.
"Solo protejo las casas que están en mi lista", dijo a la AFP. "No voy por ahí al azar, esa es la diferencia entre nosotros y los bomberos del estado, que protegen a todos. Yo me enfoco en las casas que se apuntaron al programa".
Compañías como Brandini's Firebreak Protection Systems fueron noticia el año pasado cuando Kim Kardashian reveló que había contratado bomberos privados para proteger su casa en las afueras de Los Ángeles de los incendios forestales.
A algunos les preocupaba un aspecto ético de tener al sector privado en el negocio de la lucha contra los incendios. Las tarifas pueden alcanzar los 25.000 dólares al día por un camión tripulado dedicado exclusivamente a una propiedad personal, un lujo que sólo la élite puede disfrutar.
"Vale, es mucho dinero, pero si estás viviendo en una mansión de 10 millones de dólares que no es asegurable, no es nada, ¿verdad?", refutó Brandini. "Gasto los 25.000 dólares y me aseguro de que esté bien al final del incendio".
Tarifa justa
El crecimiento de la lucha privada contra incendios ha sido impulsado por las compañías de seguros, que contratan a estas empresas basándose en el cálculo de que les costaría más reconstruir mansiones multimillonarias.
La mayor parte del trabajo de Brandini proviene de aseguradoras.
"Cuando la gente dice: 'Oh, ustedes atienden a los ricos'... No, los ricos ya son ricos y contrataron una compañía de seguros que tiene mucho dinero para cubrir su casa, y con eso viene un departamento de bomberos privado", señaló.
Sin embargo, luego de los feroces incendios que azotaron zonas como la exclusiva Malibú el año pasado, algunas compañías se niegan ahora a emitir pólizas en propiedades ubicadas en áreas de alto riesgo, lo que ha forzado a muchos ricos a buscar protección privada directamente.
"He recibido más llamadas en estos dos últimos incendios de las que he recibido en tres años en total", dijo Brandini, que tiene solo seis empleados de respuesta a incendios forestales, que manejan tres camiones.
Pero planea ampliar su equipo el próximo año.
Más al norte, en California, la compañía de bomberos de Don Holter ha estado funcionando durante casi tres décadas y cuenta con 25 empleados.
Trabaja principalmente para gobiernos locales con contratos renovables de tres años, pero en los últimos 15 años, dijo, ha observado un crecimiento en clientes individuales.
"Trabajo para cualquiera que me necesite", señaló Holter, que cobra 5.000 dólares por día por sus servicios, el precio del mercado, según él.
"Tengo que alimentar (a los bomberos), ponerlos en un motel, darle tres comidas al día y pagarles por su trabajo, es difícil hacerlo mucho más barato", explicó el empresario, que tiene otra compañía más enfocada en prevención de incendios.
"No hay garantías
Aún si es contactado en medio de una emergencia, Holter pide a sus clientes que lean detenidamente y acepten el contrato antes de dar la luz verde a sus muchachos.
"No puedo garantizar que una casa va a sobrevivir a un incendio, haré todo lo posible para evitar que se queme, pero es la madre naturaleza", subrayó. "Si el viento sopla a 85-90 mph [137-145 km/h], no hay nada que nadie pueda hacer".
"Mientras acepten las condiciones haré todo lo que esté en mi poder".
Los bomberos estatales ya se han quejado de la presencia de estas brigadas privadas en medio de una zona de emergencia, pero desbordados por el incremento de los fuegos se han mostrado "más receptivos", dijo Brandini.
"En los últimos dos, tres años, ha cambiado mucho", indicó. "Cuando empecé esto en 2006, veían entrar a una brigada privada y decían: '¿Qué hacen aquí?'".