Corte Suprema de EEUU elude debate sobre ley que protege a empresas tecnológicas
La Corte Suprema de Estados Unidos otorgó una victoria a Twitter, Facebook y Google el jueves al sentenciar que las víctimas de ataques "terroristas" no pueden responsabilizar a las redes sociales por publicar mensajes de apoyo al grupo Estado Islámico (EI).
La Corte dictaminó que las plataformas no "ayudaron ni instigaron" los ataques terroristas del EI al publicar mensajes de apoyo al grupo extremista.
"El hecho de que algunos actores malvados se hayan aprovechado de estas plataformas no es suficiente para afirmar que los acusados prestaron asistencia sustancial a sabiendas y, por lo tanto, ayudaron e instigaron los actos de esos malhechores", dijo el tribunal.
Los casos contra YouTube, propiedad de Google, y Twitter, se consideraron posibles desafíos a las protecciones legales que desde hace décadas tienen las empresas tecnológicas.
Pero en su decisión, el tribunal indicó que los casos no eran aptos para abordar bajo la disposición legal conocida como Sección 230, que otorga a las plataformas de Internet inmunidad legal frente a cualquier contenido que provenga de un tercero, incluso si el sitio web lo publica como una recomendación.
Los magistrados de la Corte Suprema eludieron en gran medida el debate al decir que, en todo caso, las acusaciones contra YouTube y Twitter no equivalían a una infracción y, por lo tanto, la discusión sobre el artículo 230 no era pertinente.
"Declinamos abordar la aplicación de la Sección 230 que parece presentar un reclamo poco plausible, si es que presenta alguno", señalaron.
La Corte Suprema se niega a conocer la gran mayoría de los casos que se le presentan, y los expertos consideraron que al optar por decidir sobre este, podría haber una voluntad de modificar la histórica ley.
Sin embargo, ya en las audiencias de febrero los jueces expresaron dudas de que el caso fuera apto para comenzar un debate sobre la reelaboración de la Sección 230.
En términos concretos, esta vez el Tribunal se pronunció sobre dos casos separados.
En el primero, los padres de una joven estadounidense muerta en los atentados de noviembre de 2015 en París habían presentado una denuncia contra Google, la empresa matriz de YouTube, a la que acusaban de haber apoyado el crecimiento de EI al sugerir sus videos a algunos usuarios.
En el segundo, los familiares de una víctima de un atentado en una discoteca de Estambul el 1 de enero de 2017 creían que Facebook, Twitter y Google podían ser considerados "cómplices" del atentado, porque consideraba que sus esfuerzos por eliminar contenido del grupo EI no habían sido suficientemente "vigorosos".