Trump suma 201 grandes electores y Harris 91, según medios de EEUU
Elecciones en Estados Unidos 2024
Kamala Harris y Donald Trump miden fuerzas en una reñida elección.
Washington, Estados Unidos/Estados Unidos contiene la respiración a la espera de saber quién será su próximo presidente, la vicepresidenta demócrata Kamala Harris o el expresidente republicano Donald Trump.
Es posible que los resultados de las elecciones presidenciales, unas de las más reñidas de la historia contemporánea del país, no se conozcan esta noche.
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El republicano Donald Trump suma 201 grandes electores, mientras que la demócrata Kamala Harris alcanza 91 en las presidenciales de este martes en Estados Unidos, según proyecciones de los medios de comunicación.
Trump obtuvo hasta ahora 20 estados, entre ellos los codiciados Texas y Ohio, además de otros de tendencia republicana como Florida o Carolina del Sur.
Harris se impone en ocho estados -Colorado, Delaware, Illinois, Maryland, Massachusetts, Nueva York, Rhode Island y Vermont-, así como en la capital Washington DC.
El número mágico para conquistar la Casa Blanca es de 270 grandes electores.
Expertos prevén que la reñida carrera por la Casa Blanca de este año se reducirá a un puñado de estados clave.
A continuación, una lista de los estados ganados por cada candidato y el correspondiente número de grandes electores, en base a las proyecciones de CNN, Fox News, MSNBC/NBC News, ABC y CBS:
HARRIS (91)
Colorado (10)
Delaware (3)
Distrito de Columbia (3)
Illinois (19)
Maryland (10)
Massachusetts (11)
Nueva York (28)
Rhode Island (4)
Vermont (3)
TRUMP (201)
Alabama (9)
Arkansas (6)
Florida (30)
Indiana (11)
Kansas (6)
Kentucky (8)
Luisiana (8)
Mississippi (6)
Missouri (10)
Montana (4)
Dakota del Norte (3)
Ohio (17)
Oklahoma (7)
Carolina del Sur (9)
Dakota del Sur (3)
Tennessee (11)
Texas (40)
Utah (6)
Virginia Occidental (4)
Wyoming (3)
"Muy divididos"
Gane quien gane, el resultado será histórico. Trump obtendría el segundo mandato no consecutivo de un presidente desde 1893 y sería el más viejo en ser electo, y Harris, negra y de ascendencia surasiática, se convertiría en la primera mujer en el cargo más importante de la nación.
Tuvo solo tres meses para intentar convencer. Entró en campaña después de que el presidente Joe Biden tirara la toalla en julio y la apoyara.
Con un programa electoral vago pero centrista para intentar captar a los republicanos moderados, Harris propone firmeza frente a la inmigración ilegal, mejoras para la clase media y la defensa del derecho al aborto.
El mundo observa
Mitin tras mitin, el republicano, que sufrió dos intentos de asesinato durante la campaña, repitió la partitura de 2016 y 2020, presentándose como un antisistema, cercano a la gente y muy crítico con las élites de Washington.
El mismo credo de siempre: la lucha contra los migrantes en situación irregular que, según él, "envenenan la sangre" del país.
Los tacha de "terroristas", "violadores", "salvajes", "animales" salidos de "cárceles y manicomios".
Condenado por un delito penal a finales de mayo y con cuatro inculpaciones pendientes, el septuagenario pintó un panorama sombrío del país durante una campaña dominada por la violencia verbal.
Trump insultó a Harris llamándola "lunática radical de izquierda", "incompetente", "tonta" y persona "con un "coeficiente intelectual bajo", entre otros calificativos.
Ella lo llamó "fascista". Otro tanto hizo él.
Eso sin contar el comentario de un humorista pro-Trump que dijo que Puerto Rico es como una "isla flotante de basura" o un desliz del presidente Joe Biden quien, en reacción, llamó "basura" a los seguidores del conservador.
El mundo observa con ansiedad por las repercusiones del resultado en los conflictos en Oriente Medio y en la guerra en Ucrania, así como para el calentamiento global, que Trump considera una falacia.
En lo comercial, el magnate cuenta con un arma, los aranceles, para "traer de vuelta" a las empresas. Y dos blancos inmediatos: México y China. El primero por la "embestida" de "criminales" y "drogas" y el segundo por, según él, enviar fentanilo a través del país latinoamericano.
Para ser presidente en Estados Unidos no basta con tener más sufragios que el oponente. Hay que conseguir el número mágico de 270 votos en el colegio electoral, integrado por 538 delegados que teóricamente deben respetar la voluntad del pueblo.
También está en juego el control del Congreso, con la renovación de los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 sobre 100 en el Senado, así como varios gobernadores. Algunos estados celebran referendos sobre el polémico tema del derecho al aborto.
Una incógnita
Lo que sucederá a continuación es una incógnita.
Ambos bandos han emprendido decenas de acciones legales.
Algunos centros electorales se han convertido en fortalezas.
En la capital Washington, barreras metálicas rodean la Casa Blanca y el Capitolio y un número impresionante de comercios han protegido sus escaparates con tablones de madera.
Las imágenes del 6 de enero de 2021, cuando simpatizantes de Trump atacaron la sede del Congreso estadounidense, siguen en mente de todos.