Biden protege los bosques de EEUU y batalla por las metas climáticas

Seattle/El presidente Joe Biden, conmemoró este viernes el Día de la Tierra decretando en Seattle la protección de los bosques primarios de Estados Unidos, considerados cruciales en la lucha contra el cambio climático.

Biden firmó la orden ejecutiva en el parque Seward de Seattle rodeado de altos árboles y flores de primavera comunes en el estado de Washington (noroeste del país), que cuenta con nutridas florestas.

"Tenemos que actuar rápidamente y con este decreto en el Día de la Tierra también estamos mostrando que este momento de máxima amenaza y urgencia también puede ser un momento de enorme esperanza”, sostuvo Biden.

En el decreto se reconoce la importancia de los bosques primarios de Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático, pero también su vulnerabilidad a los incendios forestales.

Además, pide en la orden que se confeccione un inventario de los bosques primarios antes de un año y que se identifiquen las amenazas a las que están expuestos, sobre todo los incendios.

Proteger también la Amazonia

Tras recordar que gran parte de la floresta virgen que cubre Estados Unidos había sido talada durante mucho tiempo, Biden sugirió que Washington financiara la supervivencia de la selva amazónica de Brasil, una vasta extensión de flora silvestre considerada vital para regular el clima global, pero bajo un ataque cada vez más agresivo por parte de mineros, madereros y agricultores.

"Deberíamos estar pagándole a los brasileños para que no talen su bosque", indicó el gobernante demócrata, para acotar que "nuestros bosques son los pulmones de nuestro planeta". "Literalmente están reciclando y sacando el CO2 de la atmósfera", destacó.

La Casa Blanca había señalado más temprano en un comunicado que "los bosques estadounidenses son una solución climática clave, ya que absorben una cantidad de dióxido de carbono equivalente al 10% de las emisiones estadounidenses anuales de gases de efecto invernadero", señaló

Según explicó la Casa Blanca las tierras federales albergan muchos de los bosques "que constituyen sumideros de carbono cruciales, paisajes valiosos y hábitats únicos".

"Sin embargo, estos magníficos ecosistemas se encuentran amenazados por los impactos climáticos ya existentes, con la intensificación de los incendios forestales que requiere acciones urgentes para su protección y la de las economías que de ellos dependen", añadió.

Objetivos mayores pendientes

Biden ha hecho campaña por la protección del medioambiente y para que su país lidere la acción contra el calentamiento global, pero se ha topado con la falta de apoyo del Congreso.

A lo largo de su mandato, el demócrata se ha fijado objetivos ambientales ambiciosos y ha revocado la decisión de su predecesor, el magnate republicano Donald Trump (2017-2021), de retirarse del Acuerdo de París sobre el clima.

Pero a falta de una mayoría holgada en el Congreso, sus principales iniciativas políticas sobre el medio ambiente nunca se concretaron.

Muchos de los avances de Biden se lograron a través de decretos, que no requieren aprobación parlamentaria pero pueden ser anulados por el próximo presidente.

El martes, su gobierno declaró que restauraba una serie de garantías, como el requisito de realizar evaluaciones de impacto climático en los proyectos de infraestructura.

Esto desempeñará un papel importante en la ola de obras públicas previstas en todo el país, como parte del proyecto de ley de infraestructura por un billón de dólares que la Casa Blanca logró sea aprobado.

El proyecto de ley, que tiene como objetivo restaurar los sistemas de locomoción y otras infraestructuras críticas del país, también incluye miles de millones de dólares para expandir el transporte público, como el ferrocarril. También se reserva dinero para promover paneles solares y redes de carga de vehículos eléctricos.

Sin embargo, un segundo plan de gastos, que incluía la friolera de 555.000 millones de dólares para el desarrollo de fuentes de energía limpia, fracasó en el Senado.

Ese revés legislativo afectó profundamente los objetivos más ambiciosos de la administración demócrata: reducir las emisiones de EEUU a un cero neto para 2050 y alimentar la red eléctrica completamente con energía renovable para 2035.