Una Nochebuena empañada por las guerras
Navidad
Las fiestas navideñas se vieron empañadas por "el rugir de las armas" en Gaza, en palabras del papa Francisco, y por el persistente conflicto de Ucrania, donde se celebran por primera vez la misma fecha que en los países occidentales, en abierto desafío a Rusia.
"Nuestro corazón esta noche está en Belén, donde el Príncipe de la Paz sigue siendo rechazado por la lógica perdedora de la guerra, con el rugir de las armas que también hoy le impiden encontrar una posada en el mundo", expresó el pontífice argentino durante la misa de Nochebuena en la Basílica de San Pedro, del Vaticano.
La alegría, ausente en Tierra Santa
En Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, en Cisjordania ocupada, la mayoría de los actos navideños fueron anulados, señal de la falta de ánimo por la guerra de Gaza.
"Es difícil de celebrar algo en un momento en que nuestro pueblo está muriendo", dijo a AFP Nicole Najjar, una estudiante de 18 años entrevistada en una plaza del Pesebre desierta.
En la plaza de la Natividad, en el lugar en que solían poner un gran árbol de Navidad y un pesebre de talla humana, han instalado una obra de arte que representa a María y José en medio de los escombros y detrás de un alambre de espinos.
Este año tampoco habrá fiestas navideñas en las calles de las ciudades sirias controladas por el gobierno, y las principales iglesias se limitarán a rezar en solidaridad con las víctimas del conflicto en Gaza.
El Ministerio de Salud de Gaza, gobernada por Hamás, anunció el domingo que los bombardeos e incursiones terrestres de Israel en ese territorio palestino provocaron 20.424 muertos, la mayoría de ellos mujeres y menores, desde el 7 de octubre.
Cerca de 1.140 personas murieron en territorio israelí en el ataque sin precedentes de Hamás que desató la ofensiva israelí.
Calendario occidental para los ucranianos
Casi dos años después del inicio de la invasión rusa de Ucrania, los cristianos ortodoxos ucranianos asistieron el domingo por la tarde -al mismo tiempo que el resto del mundo occidental- a los oficios religiosos para celebrar la Navidad, en señal de desafío a Moscú.
"Rezamos por el fin de la guerra. Rezamos por la victoria", declaró el presidente, Volodimir Zelenski.
"Por la paz, por la justicia", añadió frente a un majestuoso monasterio que albergó hasta finales de 2022 al primado de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana dependiente de Moscú.
Es la primera vez en la historia moderna de Ucrania que los creyentes ortodoxos festejarán la Navidad el 25 de diciembre en sincronía con los católicos, pero también con los ortodoxos griegos, rumanos y búlgaros, y no el 7 de enero como lo hacían hasta ahora.
La Iglesia Ortodoxa Rusa mantiene el antiguo calendario juliano para las fiestas religiosas.
La nueva fecha de la celebración cristiana, determinada en función del calendario gregoriano, fue aprobada por el Parlamento ucraniano en julio y promulgada por Zelenski para distanciarse de Moscú.
La "gira" de Papá Noel
En Turquía, en el lugar donde se situaba la iglesia ortodoxa de Antakya, destruida por el terremoto que asoló el sur del país el 6 de febrero, las autoridades prefirieron ser prudentes y celebrar la misa de Nochebuena a media tarde, en una ciudad todavía sumida en el caos.
Para desviar la atención de la difícil situación internacional en este final de año, Papá Noel inició el domingo su "gira", bajo la estrecha vigilancia del ejército estadounidense, que desde hace décadas difunde información sobre sus "desplazamientos" cada 24 de diciembre.
Su trineo "partió" de su base en el Polo Norte y sobrevoló la capital indonesia, Yakarta, a las 15H38 GMT, según el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD), y ya ha repartido más de mil quinientos millones de regalos en Oceanía y Asia.