Miles de personas conmemoran en Irán la toma de rehenes en embajada de EEUU en 1979

El 4 de noviembre de 1979, un grupo de estudiantes partidarios de la Revolución Islámica asaltó la embajada de Estados Unidos en Teherán

Un manifestante iraní quema una bandera de los Estados Unidos / AFP
AFP - Agencia
03 2024 - 13:01

Miles de personas se congregaron este domingo en la capital de Irán, ante el edificio que albergaba la embajada de Estados Unidos, para conmemorar el 45º aniversario de la crisis de los rehenes que marcó la ruptura de las relaciones entre Washington y Teherán. Los manifestantes ondearon banderas iraníes, palestinas y emblemas del grupo chiita libanés Hezbolá, un movimiento político apoyado por Teherán que también está conformado por una milicia armada.  

"¡Muerte a Israel, muerte a Estados Unidos!", corearon los manifestantes ante la antigua sede diplomática que ahora es un museo bautizado la "Guarida de los espías" y en cuyos muros hay consignas antiestadounidenses. Los participantes en esta marcha, que se celebra todos los años en Irán, también quemaron banderas israelíes y estadounidenses. 

El 4 de noviembre de 1979, nueve meses después del derrocamiento del sah Mohamed Reza Pahlevi, un grupo de estudiantes partidarios de la Revolución Islámica tomó por asalto la embajada de Estados Unidos en Teherán. Los estudiantes mantuvieron como rehenes a 52 empleados de la sede diplomática estadounidenses durante 444 días para exigir que Washington extraditara al monarca derrocado, que fue un férreo aliado de Occidente cuando gobernó y que estaba siendo tratado por un cáncer en Estados Unidos. Debido a la crisis de los rehenes, Estados Unidos rompió oficialmente las relaciones con Irán en 1980, un vínculo que quedó congelado desde entonces y además Washington impuso duras sanciones a Teherán. 

"Hacia el colapso y la destrucción"

Este aniversario se celebra en un momento de tensión en Medio Oriente, atizada por el estallido de la guerra en Gaza tras el ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023. Israel -el principal aliado de Estados Unidos en la región y un enconado rival de Irán- intensificó en septiembre la escalada con una guerra abierta contra el movimiento libanés Hezbolá, aliado del grupo palestino, en Líbano. Las tensiones entre Irán e Israel también se intensificaron en los últimos meses.

Teherán lanzó un ataque con misiles contra territorio israelí el 1 de octubre, en represalia por el asesinato de Hasán Nasralá, líder de Hezbolá muerto en septiembre en un bombardeo israelí, y la muerte de Ismail Haniyeh, jefe de Hamás, a finales de julio en una operación atribuida a Israel. Israel respondió con bombardeos contra instalaciones militares en Irán el 26 de octubre. 

Algunos de los manifestantes este domingo sostenían retratos del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, o de figuras de la "resistencia" contra Israel, como Nasralá. El general Hosein Salami, jefe de los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico de Irán, arremetió ante la multitud en Teherán contra Israel y Estados Unidos. Los israelíes y los estadounidenses "no pueden sobrevivir masacrando a los musulmanes. Siempre les advertimos de que si no cambian su comportamiento, irán hacia el colapso y la destrucción", declaró en un discurso retransmitido por televisión.

Relaciones complicadas

"Estoy aquí para la destrucción de Israel y de Estados Unidos", afirmó un asistente, quien solamente se identificó como Hassani, de 42 años y empleado del gobierno. Estados Unidos "es la raíz de todas estas guerras y este odio" en la región, opinó, en sintonía con la retórica oficial.

A dos días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el candidato republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris vuelcan toda su energía en la recta final de la campaña, seguida de cerca en Irán. Sin embargo, la mayoría de los iraníes presentes en Teherán no se hacen ilusiones sobre el resultado. "Las relaciones entre Irán y Estados Unidos no pueden volver a la normalidad", aseguró Mohammadi, una ama de casa de 40 años.

La República Islámica firmó en 2015 un acuerdo con la comunidad internacional para limitar su programa nuclear. El pacto, en el que también participó Estados Unidos, preveía a cambio un levantamiento progresivo de las sanciones a Irán. Sin embargo, el acuerdo fue torpedeado tres años después, cuando el entonces presidente estadounidense Donald Trump retiró a su país del mismo y volvió a imponer sanciones.

"No importa quién sea el próximo presidente de Estados Unidos (...) Nunca nos ha gustado ninguno y [eso no cambiará] ahora", aseguró una manifestante.

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