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Merkel, de muchacha del Este a 'mami' o 'abuela' del votante alemán

Canciller alemana, Angela Merkel / Martin Rose/Bongarts/Getty Images
Efe
18 2017 - 06:32

La canciller alemana, Angela Merkel, avanza hacia su reelección en las elecciones legislativas del próximo domingo tras doce años en el cargo, en los que ha afrontado dos crisis globales -la del euro y la de los refugiados- y acrecentado su poder, sin perder el áurea de líder atípica.

La "muchacha del Este", como la apodó su expadrino político Helmut Kohl, pasó hace tiempo a ser vista por sus compatriotas como una especie de "Mutti" ("mami") que impone disciplina pero también protege, o incluso una "Omi" ("abuela") para el votante más joven.

Todos los sondeos apuntan a que logrará la reelección, lo que abrirá su cuenta atrás en busca de igualar el récord de permanencia de Kohl, con 16 años en la Cancillería (1982-1998).

Merkel optó por no rehuir las urnas el pasado noviembre y anunció su nueva candidatura, pese a que su último mandato no ha sido cómodo para la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), sometida a tensiones internas por haber abierto las fronteras a los refugiados.

La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca la revalorizó como factor de estabilidad en un mundo de líderes imprevisibles, como el ruso Vladímir Putin o el turco Recep Tayyip Erdogan.

Con 63 años, al frente de la CDU desde 2000 y en la Cancillería desde 2005, tiene experiencia en sacudirse a sus rivales internos y ejercer su dominio entre sus filas, pero esta vez ha tenido que afrontar el auge del voto de protesta.

Ha sido una campaña dura, perseguida por los abucheos en sus mítines en el este del país, la región donde creció, pero que no la reconoce como "propia" y donde más ha arraigado la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Merkel se ha impuesto ya a tres rivales socialdemócratas -el canciller Gerhard Schröder, en 2005; el exministro de Exteriores Frank-Walter Steinmeier, en 2009; y el extitular de Finanzas, Peer Steinbrück, en 2013- y todo apunta a que hundirá a su actual rival, Martin Schulz, a un nuevo récord a la baja en unas generales.

Su fuerte entre el electorado consiste en haber combinado su perfil de líder implacable y racional, alérgica a las estridencias, con el de la mujer a su manera cercana que, sin hijos propios, adoptó a sus compatriotas.

Su sangre fría y capacidad para no caer en la agresividad verbal o la arrogancia han marcado la carrera de esa mujer que se ha impuesto sobre todo aquel que cometió el error de subestimarla, fuera el socialdemócrata Schröder o enemigos internos en la Unión.

La fecha clave en su ascenso fue el 22 de diciembre de 1999, cuando, siendo secretaria general de la CDU, llamó a los suyos a "emanciparse" del patriarca Kohl, responsable de una red de cuentas secretas que salió a la luz con el paso del partido a la oposición.

Merkel tomó las riendas de la CDU tras la renuncia a la jefatura del partido del exdelfín de Kohl, Wolfgang Schäuble, salpicado por el escándalo.

Nada hasta entonces hacía prever que se convertiría en la líder global que es ahora: Angela Dorothea Kassner, el nombre con el que vino al mundo en 1954, en Hamburgo, creció en la comunista República Democrática Alemana (RDA), en una parroquia de pueblo donde ejercía como pastor protestante su padre, un izquierdista convencido.

Estudió entre Leipzig y Berlín y se casó con 23 años con un compañero de estudios, Ulrich Merkel, del que conserva el apellido aunque el matrimonio apenas duró cinco años.

Conoció a Joachim Sauer, por entonces casado y con dos hijos, que se convirtió en el "consejero" de su tesis doctoral en Física y con el que, tras unos años de convivencia, se casó en 1998.

No estuvo entre la multitud de germano-orientales que el 9 de noviembre de 1989 celebraron entre lágrimas y cervezas la caída del muro de Berlín, sino que se enteró de la noticia al salir de su sauna semanal y prefirió retirarse a casa.

Fue secretaria de propaganda de las juventudes comunistas en la Academia de Ciencias de Berlín, pero ya antes de la caída del muro había contactado con grupos de la oposición al régimen.

En febrero de 1990 ingresó en la CDU y Kohl la convirtió en 1991 en ministra de la Mujer y la Juventud, necesitado de llenar su cantera con jóvenes talentos de la extinta RDA.

Escaló posiciones, llegó a la secretaria general y luego a la presidencia de la CDU, pero tuvo que ver cómo en 2002 el partido designaba al bávaro Edmund Stoiber como candidato a la Cancillería.

Stoiber fracasó y tres años después Merkel escribió una doble página de la historia, al convertirse en la primera mujer y primer político crecido en el este al frente de la Cancillería alemana.

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