Ofensiva de Hamas mina las negociaciones entre Arabia Saudita e Israel
Ataque Israel
Con su ataque sorpresa a Israel, Hamás desvió violentamente la atención mundial hacia los palestinos y asestó un duro golpe al impulso para asegurar un acuerdo entre Israel y Arabia Saudita, mediado por Estados Unidos.
Los combatientes islamistas respaldados por Irán, que gobiernan la empobrecida y bloqueada Franja de Gaza, lanzaron el sábado miles de cohetes e infiltraron combatientes en Israel, exactamente 50 años después del ataque de los estados árabes a Israel durante el día santo judío de Yom Kippur.
El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu dijo que su país está en guerra. Apenas unas semanas antes Netanyahu había dejado de lado la cuestión palestina en su discurso ante Naciones Unidas afirmando que la normalización, en 2020, de las relaciones con tres naciones árabes en los llamados Acuerdos de Abraham había "anunciado una nueva era de paz".
Destacó igualmente que su país estaba a punto de lograr un premio mayor: su reconocimiento por parte de Arabia Saudita, guardiana de los dos lugares más sagrados del Islam.
El presidente Joe Biden, que aspira a obtener una gran victoria diplomática antes de las elecciones estadounidenses del próximo año, presiona para que ese acuerdo se concrete. Se esperan más conversaciones entre las partes en las próximas semanas, a pesar del escepticismo de algunos de los compañeros demócratas de Biden sobre las garantías de seguridad ofrecidas por el reino conservador.
La violencia de este fin de semana muestra sin embargo las disputas no resueltas entre Israel y los palestinos y "hace que sea más difícil esconder las cuestiones complicadas bajo la alfombra, como lo hicieron los Acuerdos de Abraham de 2020", dijo Brian Katulis, del Instituto de Oriente Medio de Washington.
El gobernante de facto de Arabia Saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, habló recientemente de avances con Israel, pero también insistió en la necesidad de avanzar en la causa palestina, vista como una prioridad para el anciano rey Salman.
Este sábado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudita afirmó en un comunicado que el reino había advertido sobre una "situación explosiva como resultado de la ocupación continua y la privación de los derechos legítimos del pueblo palestino".
Aziz Alghashian, un experto saudí en las relaciones saudí-israelíes, dijo que la declaración tenía como objetivo disipar cualquier noción de que el reino daría prioridad a la normalización a expensas del apoyo a los palestinos.
"Este tipo de situación ha hecho que Arabia Saudita vuelva a su papel tradicional", afirmó. "Netanyahu colocó otro obstáculo a las negociaciones" al afirmar que su país está "en guerra". "No preveo que la normalización vaya a ocurrir en un contexto de guerra", dijo Alghashian.
Oposición pública
Netanyahu manifestó su esperanza de que los Acuerdos de Abraham muestren que una solución de dos Estados preconizada por los palestinos ya está perimida y que el futuro pasa por las relaciones con los árabes del Golfo, que comparten la hostilidad de Israel hacia el gobierno iraní.
El Ejecutivo de Netanyahu, el más derechista de la historia de Israel, continúa expandiendo los asentamientos en tierras palestinas, aunque en 2020 dio marcha atrás en sus planes de anexar Cisjordania mientras buscaba cortejar a Emiratos Árabes Unidos, el país líder de los Acuerdos de Abraham.
Joost Hiltermann, director para Medio Oriente del International Crisis Group, que busca resolver conflictos, dijo que Hamás pudo haber actuado en parte debido al temor de una "inminente mayor marginación de la causa palestina" si Arabia Saudita reconoce a Israel.
Los ataques de este sábado parecen "diseñados para detener los esfuerzos de paz entre Arabia Saudita e Israel", afirmó a su vez el senador republicano Lindsey Graham. "Un acuerdo de paz entre esas dos naciones sería una pesadilla para Irán y Hamás", afirmó.