Gantz se dispone a formar gobierno en Israel y abre la puerta a Netanyahu
Beny Gantz se convirtió hoy en el primer candidato en más de una década en ser encargado de la formación del ejecutivo israelí más allá de Benjamín Netanyahu, que fracasó en su intento, al que ha propuesto un gobierno de unidad para evitar nuevas elecciones.
En una ceremonia oficial en su residencia, el presidente del país, Reuvén Rivlin, apuntó que "es posible formar un gobierno y no hay justificación para forzar otra ronda de elecciones", que sería la tercera en menos de un año.
Tras repetir su intención de facilitar un gabinete de unidad entre los dos principales partidos, la coalición centrista Azul y Blanco de Gantz y Likud de Netanyahu, aclaró que "mientras no haya voluntad de ceder y llegar a un acuerdo, no habrá gobierno".
"Serían los ciudadanos de Israel quienes paguen el precio más alto", agregó Rivlin.
Gantz, con el mandato ahora de intentar formar ejecutivo, propuso crear un "gobierno de reconciliación nacional" que disminuya las tensiones entre los distintos grupos que conforman la sociedad israelí.
"En el gobierno de unidad liberal que planeo formar, habrá lugar para todos los que tengan el interés nacional como prioridad", expresó, aunque remarcó que no se sentará con aquellos que "inciten al racismo o tengan un pasado violento".
Hoy este exjefe del Estado Mayor se mostró abierto a gobernar junto a Netanyahu, con quien hasta ahora se negaba a compartir ejecutivo mientras pesen sobre él cargos en tres casos de corrupción, que el fiscal general del Estado formalizará o no en los próximos meses.
Azul y Blanco, el partido que se hizo con el voto popular y que supera en un escaño al Likud con 33 asientos de los 120 del Parlamento, confirmó antes de la reunión con Rivlin que había invitado a representantes del Likud de Netanyahu a una reunión este jueves, con el fin de intentar avanzar en las negociaciones.
Sin embargo, Netanyahu, a quien Gantz se refirió en su discurso como un patriota israelí, mantuvo hoy una reunión con representantes de los partidos ultraortodoxos y de derechas en la que se comprometieron a continuar negociando como un bloque unificado -con 55 escaños-, algo que hasta ahora ha representado un obstáculo para Azul y Blanco.
Hasta el momento, las 54 recomendaciones de los diputados que ha recibido Gantz no le alcanzan para llegar a las 61 necesarias para formar gobierno, por lo que, según expresó en su discurso, dialogará con todos los partidos para obtener los apoyos que precisa.
De no lograr convencer a ninguno de los 55 parlamentarios que integran el bloque de Netanyahu, su única alternativa sería incorporar al partido Israel Nuestro Hogar, con cuyo líder, el ultraderechista laico Avigdor Lieberman, ya acordó reunirse en los próximos días, y a la Lista Unida, compuesta por los partidos árabes.
Pero la coexistencia de estas fuerzas en un gobierno no parece factible, por lo que solo podría formar un gobierno de unidad con apoyo parlamentario externo de una de algunas de las formaciones.
Un elemento que podría ser crucial sería la decisión del fiscal general del Estado de formalizar la acusación contra Netanyahu por corrupción, lo que podría acelerar su salida de la vida política y facilitar la formación de un gobierno de unidad entre las dos formaciones más votadas, Likud y Azul y Blanco.
El plazo con el que cuenta Gantz para afrontar esta tarea es de 28 días y, de no lograrlo, Rivlin otorgaría 21 días a los miembros de la Knéset (Parlamento israelí) para que cualquiera intente conseguir el apoyo de una mayoría y pueda así convertirse en primer ministro.
De no alcanzarse tal solución, el Parlamento se disolvería y, en un plazo de tres meses, los ciudadanos de Israel acudirían nuevamente a las urnas, tras haberlo hecho ya en abril y septiembre de este año.