Malala insta a Pakistán a detener la expulsión de afganos para proteger a mujeres y niñas
Más de 600.000 afganos ya huyeron de Pakistán desde que Islamabad ordenara el año pasado a los indocumentados abandonar el territorio.
Londres, Reino Unido/La pakistaní Malala Yusafzai, premio Nobel de la Paz, hizo un llamado a Pakistán en una entrevista con AFP para que abandone su política de expulsión de afganos indocumentados, para proteger especialmente a las mujeres y niñas frente a los talibanes.
"Es muy preocupante que Pakistán obligue a los refugiados afganos a regresar a Afganistán. Estoy muy preocupada por las mujeres y las niñas", declaró el viernes esta mujer de 27 años, quien recibió el Nobel de la Paz en 2014 por su lucha por el derecho de las niñas a recibir una educación.
Malala tenía 15 años cuando, el 9 de octubre de 2012, miembros del grupo Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) irrumpieron en el autobús que la llevaba de regreso a casa desde la escuela y le dispararon en la cabeza por haber hecho campaña a favor de la escolarización de las niñas en el valle de Swat, en el noroeste de Pakistán, del que es oriunda.
Atendida de urgencia en el Reino Unido, se convirtió en un símbolo mundial de resistencia al extremismo religioso y en portavoz oficiosa de las niñas privadas de educación. Dos años después, se convirtió en la persona más joven de la Historia en recibir el premio Nobel de la Paz. Aunque el gobierno pakistaní prolongó por un año la autorización de estancia de los refugiados afganos en Pakistán, esta semana advirtió que continuará expulsando a los indocumentados.
Más de 600.000 afganos ya huyeron de Pakistán desde que Islamabad ordenara el año pasado a los indocumentados abandonar el territorio, bajo la amenaza de ser arrestados. Sin embargo, algunas de esas personas corren el riesgo de ser perseguidas por los talibanes a su regreso a Afganistán, advierten activistas por los derechos humanos.
Desde que el gobierno talibán retomó el poder en agosto de 2021, llevando a cabo una interpretación rigurosa del islam, los derechos de las afganas no han dejado de reducirse. Las mujeres ya no pueden acceder ni a la escuela secundaria ni a las universidades, ni tampoco a los parques, gimnasios y baños públicos.
"Muchas de estas niñas estudiaban y las mujeres trabajaban", señaló Malala. "Espero que Pakistán revierta su política y proteja a las niñas y a las mujeres, sobre todo teniendo en cuenta el sombrío futuro que les espera en Afganistán", agregó.
"No me puedo creer vivir en una época en la que las niñas están privadas de educación desde hace más de tres años. Es una situación 'impactante", subrayó.
Un favor para los talibanes
El Fondo Malala hace campaña para que la ONU amplíe su definición de crímenes de lesa humanidad e incluya el "apartheid de género", expresión utilizada por las Naciones Unidas para describir la situación en Afganistán. A principios de julio, la ONU y los talibanes iniciaron conversaciones en Doha, Catar, por primera vez desde su regreso al poder. Pero los talibanes impusieron la condición de que las conversaciones se lleven a cabo sin la presencia de mujeres.
"Los líderes internacionales deben entender que cuando se sientan a discutir con los talibanes y excluyen a las mujeres, están haciendo un favor a los talibanes", denunció Malala. La activista exigió que "países como Canadá y Francia, que tienen una política exterior feminista, condenen" las conversaciones de Doha.
Además, hizo un llamado a un alto el fuego "urgente" en la guerra en Gaza entre las fuerzas israelíes y el movimiento islamista palestino Hamás. "Es horrible ver cuántas escuelas fueron bombardeadas", apuntó. Según las autoridades de la Franja de Gaza, dirigida por Hamás, el 85% de los establecimientos escolares del territorio no pueden operar.
También reclamó más apoyo para la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA), que coordina casi toda la ayuda en Gaza, y que antes de la guerra dedicaba más de la mitad de su presupuesto a la educación.
Esta agencia enfrenta problemas de financiación desde que varios países, entre ellos Estados Unidos y el Reino Unido, suspendieron su ayuda a principios de año, debido a unas acusaciones vertidas por Israel, en la que aseguraba que algunos empleados de la UNRWA estuvieron involucrados en el ataque de Hamás contra Israel del 7 de octubre, que desencadenó el conflicto.
"Espero que todos los países brinden su ayuda y apoyo, porque se trata de personas inocentes y civiles que deben ser protegidos", insistió la activista pakistaní.