Estado Islámico reivindica el ataque en Kabul
El Estado Islámico (EI), a través de la agencia Amaq vinculada al grupo yihadista, reivindicó el ataque suicida que provocó hoy en Kabul al menos 61 muertos y más de 200 heridos en una manifestación de la minoría étnica hazara, de la rama islámica chií.
"Dos combatientes del EI detonaron cinturones con explosivos en una concentración de chiíes en la zona de Dehmazang en Kabul", según un escueto mensaje difundido por este medio.
La reivindicación de esta formación se produjo después de que los talibanes negaran cualquier implicación en el atentado.
Zabaiullah Mujahid, uno de los portavoces de los talibanes, condenó a través de su cuenta oficial en Twitter "cualquier ataque que cause división y discriminación entre la gente y la religión. Es algo que beneficia al enemigo".
El portavoz del Ministerio de Salud Pública de Afganistán, Ismail Kawusi, confirmó a Efe que al menos murieron 61 personas y 207 resultaron heridas.
El presidente afgano, Ashraf Gani, aseguró en un comunicado que entre los fallecidos y heridos se encuentran "miembros de las fuerzas de seguridad y defensa", sin aportar más detalles, y afirmó que "los terroristas entraron entre los manifestantes y llevaron a acabo las explosiones".
El ataque se produjo hacia las 1:30 p.m., hora local durante una manifestación de miles de afganos, la mayoría hazaras, que protestaba contra un proyecto eléctrico del Gobierno y discurría pacíficamente entre fuertes medidas de seguridad, que impidieron que la marcha se acercara al palacio presidencial.
Según fuentes oficiales citadas por el canal de televisión afgano Tolo, el atentado tuvo lugar cuando los manifestantes se reagrupaban en la zona de Dehmazang y fueron tres los atacantes, aunque solo uno logró detonar los explosivos que llevaba.
El presidente Gani, organizaciones como Amnistía Internacional, la embajada de Estados Unido en Kabul y la misión Apoyo Decidido de la OTAN en Afganistán han condenado la acción.
La comunidad hazara de Afganistán, un país predominante suní en el que los chiíes representan el 9 % de la población, ha sido objeto de diversos secuestros en grupo y asesinatos sectarios por parte de los talibanes y otros grupos insurgentes como el EI en los últimos dos años.
El grupo yihadista tiene presencia en algunas zonas de Afganistán y aunque las fuerzas afganas aseguraron en marzo pasado haberlo derrotado en sus principales bastiones, aún se producen combates en esas áreas.