Francia y Alemania endurecen medidas ante incontrolable segunda ola de COVID-19 en Europa
El acelerado avance de la pandemia de COVID-19 en Europa llevará a Francia y Alemania a anunciar este miércoles un endurecimiento de sus medidas sanitarias, siguiendo el ejemplo de otros países como Italia, donde crece el malestar ante restricciones cada vez más draconianas.
En Francia, donde dos terceras partes de su población ya están bajo toque de queda nocturno, el presidente Emmanuel Macron dará a conocer en la noche nuevas medidas que se anuncian "impopulares", según un consejero ministerial, como un eventual reconfinamiento.
Serán decisiones "difíciles", admite el gobierno, aunque el reconfinamiento sería menos estricto que el de la primera ola, pues las escuelas y servicios públicos seguirían abiertos.
El temor es ante todo la saturación de las unidades de cuidados intensivos, donde ya están ocupadas más de la mitad de las 5,800 camas disponibles, en un país con un récord promedio de 50,000 contagios diarios, que ya superó los 35,000 muertos y el millón de casos de COVID-19.
El dilema sigue presente. El reconfinamiento es una "medida drástica" indispensable porque el virus "está fuera de control", dijo el infectólogo francés, Gilles Pialoux. Desde el empresariado se advierte que si esa medida se aplica totalmente como en la primavera "hundirá la economía".
También contra la espada y la pared, la vecina Alemania planea nuevas medidas, con el cierre por un mes de bares, restaurantes y centros deportivos y culturales, según propuestas que discutirá este miércoles el gobierno de Angela Merkel, favorable, de acuerdo con la prensa, a un reconfinamiento "light", con escuelas abiertas.
Con cerca de 11,000 muertos, Alemania está -como en primavera- mejor que Francia, España o Italia. Pero las nuevas infecciones alcanzaron un récord cercano a 15,000. "Debemos tomar decisiones rápidas y firmes para romper esta segunda ola de contaminación", dijo el vicecanciller alemán Olaf Scholz.
Otros países de Europa están en una trayectoria parecida, como la República Checa, donde este miércoles entra en vigor un toque de queda nocturno.
Cansados de la pandemia
Pero las nuevas medidas son ya insoportables para muchos. En Italia, miles de personas salieron a la calle el lunes por la noche, con violentos incidentes en Milán y Turín, las dos grandes ciudades del norte de este país, golpeadas por la crisis sanitaria en la primera ola de la pandemia.
El gobierno italiano impuso un toque de queda en varias zonas importantes, con cierre de bares y restaurantes a las 18H00 y el cierre total de gimnasios, cines y salas de conciertos.
En España, exhaustos tras haber luchado contra el coronavirus durante más de seis meses, la gran mayoría de los médicos españoles de servicio público iniciaron el martes una huelga nacional, la primera en 25 años, para reclamar más reconocimiento.
En todo el mundo, el COVID-19 ha causado casi 1,2 millones de muertes en más de 43,5 millones de casos registrados.
Estados Unidos sigue siendo el país más afectado, con más de 225,000 muertos de casi nueve millones de casos. Pero a una semana de las elecciones estadounidenses, el presidente Donald Trump dijo el martes que estaba cansado de ver la campaña dominada por la pandemia, de la que su oponente Joe Biden hizo su principal ventaja al denunciar la gestión del presidente.
"¡Covid, covid, covid, covid! Los medios 'Fake News' no tienen más que esta palabra en la boca", lanzó en una reunión en West Salem, Wisconsin.
Paciencia
Como en todo el mundo, el temor es frenar aún más la recuperación económica, ya de por sí difícil. Las principales bolsas europeas abrieron el miércoles con fuertes bajas en torno al 3%, en medio de crecientes temores por el impacto de la segunda ola de coronavirus en el Viejo Continente.
A diferencia de Europa, los comerciantes de Melbourne, en el sur de Australia, sintieron un enorme alivio este miércoles cuando las tiendas y los restaurantes pudieron reabrir después de más de tres meses de cierre.
En América Latina, donde el coronavirus azota con dureza, la situación es también complicada en varios países, como Argentina, sumida en una crisis de grandes proporciones.
Mientras tanto, todo el mundo está a la espera de la vacuna y la carrera científica por lograr la primera se acelera.
Rusia ya pidió a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la "precalificación" de su vacuna, prometiendo que será "accesible a todos en un periodo más corto que los convencionales".
El laboratorio Pfizer, que tiene previsto solicitar una autorización para una vacuna antes de finales de noviembre en Estados Unidos, pidió el martes "paciencia" después de haber indicado que los resultados esperados esta semana aún no estaban listos.
Por su parte, los laboratorios Sanofi y GSK anunciaron el miércoles que pondrán 200 millones de dosis de vacuna a disposición del programa internacional lanzado por la OMS y cuyo objetivo es ayudar a garantizar un acceso equitativo a las futuras vacunas contra el COVID-19.